Doctor Pez-Marsupiales (2015)
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Doctor Pez-Marsupiales (2015)

Doctor Pez-Marsupiales (2015)

miércoles 30 de septiembre, 2015

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Escrito por: Salvador Allende

  • Doctor Pez
  • Marsupiales (2015)
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Doctor Pez (heterónimo de Luis Pezoa) es sin dudas un cantautor sacado de otro planeta, de un país descontento, profundo y lleno de cables inconexos. Su música está hecha de sonidos, gemidos de guitarras tristes que abrazan para cuando el llanto no pueda contra las leyes de la gravedad. A penas lo hube escuchado por primera vez me di cuenta que la originalidad le desbordaba a caudales; pues su camino poético lo ha sabido llevar a lugares insospechados, oscuros callejones donde el absurdo-surrealista de las imágenes que dibujan sus letras, esbozan puertas y ventanas de escape que dan directamente al alma de su obra.

Marsupiales (2015) es su último trabajo discográfico, un periplo monumental por la vía del inconformismo creativo donde elementos inanimados como la madera, un frasco o un velocímetro toman vida de la mano de un cantautor que es también alquimista, centinela y  entomólogo. La guitarra es y no es  su instrumento, puesto que también es otra voz, otro poeta visceral y sincero que dialoga con este personaje de barbas llamado Doctor Pez. La grabación guarda un sonido lleno de alma, un trabajo excelente de parte de los Fósil  Moncho Ramoneda y Matías Gómez. La instrumentación en los acompañamientos es también de muy buena elección, se trata de unos vientos (clarinetes bajo y soprano) magistrales y un violín que apoya, en todo el disco, el metafórico divagar del canto que se columpia como un niño ensimismado en una plaza saturada de melancolía.

El primer tema del EP es  «Madera», cántico ancestral, bucólico y volátil. Es una canción que habla de las raíces, una letra abstracta que se inserta en las venas de la  tierra, una mirada hacia el interior de los elementos de la naturaleza. Guitarra, voz y clarinete bajo, navegan esa pulsión que arrastra hacia esos sentimientos primigenios, esos que se vuelcan hacia el centro de las cosas. Sobresale el clarinete que produce un efecto ambiental intenso y lisérgico, algo para cerrar los ojos y dejarse llevar.

Le sigue «Contraseñas», jugarreta de palabras para expresar la lluvia de estímulos que nos invaden a diario en el mundo moderno: “todas esas señas contra mí, no debí ponerles atención”, sorprenden los arreglos realizados con mucho detalle e intención, un tema inteligente y pesado como hermético y burlón. Continúa Del Frasco, tema dedicado al alcohol y esa embriaguez lacerante, todos los que la han vivido lo entenderán. Es a su vez uno de los temas más  rockero y oscuro con un riff de guitarra muy en estilo grunge. Su melancólica violencia da cuenta de una gran capacidad expresiva y una versatilidad rítmica que se notará a lo largo del disco.

«Digo Pan», es la locura, un delirio musical y conceptual. La guitarra principal se escabulle toda la primera mitad del tema hacia lo expresivo sin importar las notas, mientras un alarido poético va enumerando elementos en un fluir de la consciencia. Analogías extremas y sensuales  que se nombran mientras una segunda guitarra realiza un punteo en medio del caos, la armonía y el desorden en un tema de gran calidad poética. Después viene «Fisura», tema en clave Charleston con tono burlón en el que Doctor Pez hace un homenaje antipoético a la bohemia y sus excesos. Mientras las guitarras dialogan entre sí, una voz animosa e inofensiva relata la melancolía del que hasta tuétano es consumido por lo que consume. Una canción que recuerda inevitablemente al Jazz guachaca, pero desde una mirada muchísimo más absurda y pueril.

«Centinela en el Delta» es un tema sicodélico y monótono, son 7 minutos de un viaje experimental por sonoridades, colores y texturas cuyo viaje transporta hacia lugares físicos impalpables, con cierta  sensación de extrañeza, de estar perdido en  medio de una bruma. Sin necesitar un citar este tema te captura en el trance, muy inteligente y moderno en composición, es sin dudas lo más experimental del disco. En este mismo tono contemporáneo está Baladí, canción que tiene claramente un toque progresivo a nivel de la composición. De gran factura interpretativa, la pieza va creciendo, enroscándose y estirándose como una melodía árabe, como el blandir de una espada incandescente.

Ya cerrando Marsupiales está «Velocímetro», tema exquisito tanto en composición como en letra y melodía. A mi gusto el mejor tema del disco, es cautivante y conmovedor, una letra con algo de romanticismo guarda la magia de la simpleza con toques de gran fineza en la voz así como en la ejecución de los instrumentos. Por último está «Me trasladaré al fuego». Utilizando pocos elementos se busca orquestar una poesía poderosa llena de fotografías surrealistas, escenas de la infancia que se entrelazan con guitarras y violines. Un cierre patafísico y épico con un coro que se despide triste y furioso como transformando todo en cenizas, una declaración contra la razón y su disfraz, un alegato contra las leyes físicas y el agotamiento existencial. Excelente cierre para un gran disco, maduro e interactivo, material novedoso y molesto que te obligará a escucharlo debajo del agua o a través de un espejo.

https://aquemarropa.bandcamp.com/album/marsupiales-2015

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