¿En qué ha consistido su tour en lo que va de este año?
La gira empezó los primeros días de marzo en Buenos Aires y después estuvimos en Rosario, La Plata, Córdoba y Neuquén. Ha sido bárbaro, fechas fantásticas con buena recepción. El tour se llama “Hacele caso a tu espíritu”, que es el nombre de las fiestas que hacemos desde hace dos años, ahora la idea fue salir con ese concepto a recorrer el interior de Argentina, además de ir a Chile y Uruguay. La fiesta consiste en un recital donde invitamos una banda local de cada lugar que visitamos, además de que antes y después de los conciertos nosotros mismos ponemos música; Miguel (guitarra), Maxi (guitarra y voz) y Pipe (batería) son los tres que pinchan temas. La idea es hacerlo en lugares grandes donde la gente pueda bailar y tomarse algo, que no sea sólo un recital y se arme la salida completa de la noche, para que la gente pueda quedarse.
Una verdadera fiesta. ¿Qué tipo de música ponen en estas sesiones?
Se escucha bastante salsa de los años 70, influencia de Pipe que es colombiano. También ponemos blues, rock y funk, música que nos gusta a nosotros y que son canciones para arriba, bailables y que agiten el ambiente.
¿Qué podemos esperar del show que traen a Chile?
Nunca hemos estado allá y tenemos muchísimas ganas de ir. Estamos haciendo un show de dos horas que abarca nuestros dos discos, metiendo varios temas de lo nuevo. En el primer recital de este año en Buenos Aires estrenamos seis canciones y tuvieron buena recepción, la gente escuchó muy atenta. Yo realmente siento que son temas muy buenos ya que cada disco que hacemos es el mejor y tiene más exigencias que el anterior.
Han pasado dos años desde “Gratitud”, su último disco. Hace poco publicaron dos singles, “La Mirada” y “Jugo”. ¿Se viene pronto el nuevo álbum o se lo están tomando con calma?
No, ninguna calma, de hecho tenemos una ansiedad terrible por sacarlo. Ya está listo el master del disco y estamos trabajando en la gráfica, queremos publicarlo en mayo o junio. Es un álbum que mantiene la personalidad que el grupo tiene desde siempre, con la diferencia que grabamos en un estudio de forma analógica en cinta, pues queríamos darle ese color opaco que tiene. Los discos anteriores los hicimos donde ensayábamos, un lugar que se llama Plasma, armando nosotros el estudio y llevando todos los equipos necesarios. Esta vuelta nos metimos a un estudio profesional y creo que sonoramente subimos unos escalones, sin perder la esencia. Se viene buenísimo.
Hablemos de los inicios. Han dicho que la banda se plasmó naturalmente, juntándose músicos que tenían cada uno su proyecto paralelo. ¿Cómo se dio este proceso de formación?
Empezamos a ensayar en 2010. No había ninguna canción ni concepto cuando decidimos hacer el grupo, solo nos juntamos a ver qué salía y partimos zapando, jugando e improvisando sin ningún tipo de orden, incluso nos cambiábamos los instrumentos. Así salieron cosas interesantes como la canción “Lo echaron del bar” donde Martín, que toca el bajo, se atrevió con un cello y yo estaba con una guitarra criolla, otro con una armónica mientras Maxi lo único que hacía era cantar y fue tirando la letra. De esta forma salieron muchas canciones de Los Espíritus. En ese tiempo ensayábamos en la casa de Martín a las 11 AM, recién levantados y los vecinos nos tiraban huevos ja, ja, ja.
¿De qué forma van moldeando su sonido? Al definir su música han mencionado el “gospel blues” y la música “devocional”, ritmos latinos sumergidos en psicodelia que llevan a un trance.
El rock argentino tiene una herencia cultural muy potente y valiosa con bandas como Pescado Rabioso, Manal, Almendra, Pappo y otras. ¿Se sienten influenciados directamente por esto? ¿Cómo hacen su propio camino desde ahí?
Esas bandas históricas que empezaron con el rock en castellano en Argentina, lo que hicieron fue darle un lenguaje propio y porteño a esa música. Tiene mucho que ver con el tango que es el acento que tenemos, esa mezcla es la que origina el “rock nacional” e inevitablemente nosotros hacemos esa música porque tomamos sonidos de afuera con la impronta nuestra, de nuestro barrio y forma de hablar. Esos grupos son todo un ejemplo y nos encantan, Manal es una banda de blues increíble y Almendra es un flash de escuchar. Son una influencia enorme así como lo son Tom Waitts, Lou Reed, Dylan, Hendrix o Nirvana.
La banda está teniendo un buen ascenso y ahora tienen mayor difusión, pero se declaran independientes. ¿Cómo quieren mantener esa identidad y convicción de seguir un camino propio?
Nosotros somos seis músicos, pero la banda tiene siete integrantes porque sumamos a Nacho Perotti, quien se ocupa de todo lo que es la planificación, prensa, etc. Ser independientes al principio no fue una elección porque no existía mucho, llevar un demo a una compañía para recibir plata y hacer un disco ya no es posible. Pero sí tuvimos las herramientas de autoproducción y difusión, eso lo utilizamos y seguimos en eso. Pasa lo mismo que decidir entre buscar trabajo en un banco y ponerte con tu propia verdulería, donde no tienes un pelado que te dice cómo ni cuándo hacer las cosas. Hay que disponerse a correr riesgos y jugársela por acertar, así como a cometer un error propio y asumirlo,
¿Cuáles son los planes para el resto del año?
A mitad de año presentaremos el disco nuevo en Buenos Aires, para después girar donde podamos con un show más grande de tres horas quizás. La idea es llevarlo a todos lados y ojalá volver a Chile, porque esta vez iremos y volvemos al otro día, así que espero que vayamos una próxima vez y pasar por Santiago, Valparaíso, incluso llegar a Puerto Montt si se da ja, ja, ja.
Por último, ¿qué te gustaría decirle a las personas que van a ir a verlos al Club Subterráneo?