AMBUSH REGRESA A CHILE POR SEGUNDA VEZ A PUNTA DE FUEGO Y ACEROespera un momento...
lunes 24 de noviembre, 2025
Escrito por: Equipo SO
Por Pablo Rumel
Foto por Francisco Pérez. (Archivo SO)
El batallón sueco se presentaba por tercera vez en nuestro país, segunda en el año, y razones para ir a verlos se dividían 50 a 50: no presentaban un setlist muy diferente al que mostró en mayo de este mismo año, pero a su favor contaba la presentación de su último larga duración «Evil In All Dimensions», que para los especialistas constituye “disco del año” de la nueva ola del heavy metal tradicional. Con estos antecedentes ¿valió o no valió la pena repetir el plato? Acá en Sonidos Ocultos estamos para responder la interrogante. Sigue leyendo.
EL HIERRO PRENDIÓ LAS CALDERAS
Los nacionales de Iron Spell se lanzaron de frente al asedio, promediando las 19:00 en una SALA RBX que a duras penas llegó a la mitad de su capacidad. Recordemos que el show de Ambush iba originalmente en el MIBAR, y que por buena venta de entradas se trasladó: probablemente la sobreoferta de buenos shows y el hecho de que los fans prefieren ver bandas nuevas antes de repetirse el plato, mermó la asistencia, y este es un dato que consideramos en nuestro análisis, porque aquello podía repercutir en la energía desplegada en las tablas.
Iron Spell atacó con un combo seguro: mostraron lo más reciente de su producción «From the Grave» editada por la alemana Dying Victims, disco con vibra ochentera y hechura de hierro puro, con riffs rítmicos, solos afilados y baterías destructoras. Lo oímos en estudio y comprobamos una excelente performance, que brilló con las tachas y el cuero de su vocalista Merciless K.co, con las líneas del bajo-hacha-de-batalla de Ivlock y el ataque a la guitarra de Fabián Valdés.
«Curse of the Ushers», «Black. Hot & Heavy», «Torches in the Woods» fueron algunas de las canciones interpretadas, y dentro del balance, positivo mayoritariamente, hubo algunos detalles como el sonido bajo de las guitarras, que sonaban alineadas con la batería y la voz, limitando la ganancia destructora que se pueden oír en sus álbumes; pero no nos engañemos, el telonero suele ir de frente a los leones, y por lo general el sonido que entregan es de testeo para el show de cierre.
NATURAL BORN CHILE
20:30 pm y tras un corte de luces, oímos el sonido de balas y de sirenas, para ser barridos desde el minuto uno por la pólvora y el napalm de «Firestorm», un asalto relámpago que nos pilló por sorpresa y con las manos arriba, antes de morir acribillados por las descargas metaleras que atronaban la sala.
Y sí, no exagero, Ambush sonó cañón, literal, con una potencia y un dominio escénico que demostró con creces que el metal no necesita de parafernalia y fuegos artificiales para convencer y gustar: Linus Fritzson, a los tarros, tamborileó en estado de gracia, alternando el doble bombo y las velocidades endiabladas que solo los años de circo otorgan. Oskar Andersson, a las cuatro cuerdas, bombeó con sudor y sangre la máquina de guerra, aportando a la rítmica el peso que el acero guitarrero machacó con cada acorde.
Tras el arranque, la descarga fue de antología, y pudimos oír «Evil in All Dimensions» y «Maskirovka», una tras otra, con una interpretación vocal de Oskar Jacobsson aguda y con tanto cuerpo y malicia como una sirena antiaérea, casi bordeando la rotura de nuestros tímpanos, pero deteniéndose justo en el momento en que los oídos de los asistentes eran endulzados y castigados, a partes iguales, por el batallón sueco.
«Heading East» y «Desecrator» provocaron el mosh en la sala, incendiando las barricadas y las trincheras con más pólvora y guitarras explosivas. Si algo rozó la perfección en la performance, fue el sonido apabullante de las seis cuerdas, tensando la rítmica y los solos como arco y flecha, con un Karl Dotzek veloz y preciso, y el albino Olof Engkvist aportando en los coros y en los solos, quien además fue saludado con un abrazo y su buena torta, pues el show coincidió con su cumpleaños, motivo extra para brincar y cabecear con los suecos, quienes despedían su gira sudamericana en nuestro suelo con excelentes críticas.
Al cierre, hubo un momento de íntima conexión con los asistentes, cuando se les pasó a los suecos una bandera chilena con el logo de la banda y la frase “Natural Born Chile”, y sí, Ambush aceptó el desafío y el cariño, cambiándole la letra a Natural Born Killers, por Natural Born Chile, sellando como un pacto cómplice de que acá, pese a no ser un sold out, se vacila cada fraseo y golpe de caja con los oriundos de Växjö, y no por nada otros compatriotas suyos como los Therion, Opeth o Hammerfall han forjado su leyenda en estas tierras.
BALANCE FINAL
Al final del combate, la respuesta cae por su propio peso: sí, valió la pena repetirse el plato. Ambush reafirmó por qué son uno de los estandartes más sólidos de la nueva ola del heavy metal tradicional, entregando una clase magistral de cómo se conquista a una audiencia sin adornos, sin humo, solo con músculo, precisión y sudor. Y aunque la sala no reventó en asistencia, la banda supo convertir cada espacio vacío en un eco más para su artillería. Iron Spell abrió la jornada con dignidad y filo, y los suecos la cerraron con una demostración de fuerza que dejó claro que el heavy metal, cuando se toca en serio, no necesita de excusas: necesita de sangre, entrega y oído dispuesto a caer acribillado.
Este artículo ha sido visitado 8 veces, de las cuales 1 han sido hoy