Escrito por: Equipo SO

• Candlemass
• – Sweet Evil Sun (2022)
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Por : Francisco Quevedo

Cuando una banda clásica anuncia un nuevo álbum, las expectativas suelen estar un poco disparadas más arriba de la nube, como le puede pasar a cualquier selección fuerte en un Mundial de fútbol y que después sufre un revés impensado en el debut. Como perder 1-2, por ejemplo.

Bueno, con lo nuevo de Candlemass, titulado “Sweet Evil Sun”, claro que las expectativas pueden ser altas, pero, a diferencia de alguna selección mundialista, aquí se cumplen…y se aterrizan. No están a la altura de la nube, pero lo suficiente como para dejar satisfecho a quién se anime a darle una oportunidad al disco. Expectativas aterrizadas podría ser una consigna acertada.

Los longevos del doom metal propone un combo de su clásico sonido, matizado con algunas incrustaciones que lo mantienen fresco. Lo que le ocurre a Candlemass es lo mismo que sucede con otras bandas: en 1986 editaron su disco “Epicus Doomicus Metallicus” y con ello cimentaron las bases de un género, llevando esa placa a niveles superiores que aún los fanáticos, ante cada lanzamiento nuevo, anhelan que se repita y el trabajo nuevo alcance la misma altura. Ejemplos hay muchos: “Master of Puppets” de Metallica, “Rust in Peace” de Megadeth, “Ten” de Pearl Jam y nos podríamos pasar enumerando un extenso listado.

Con el regreso de su vocalista original, Johan Längqvist, Candlemass retoma el sendero por el que mejor caminó durante su carrera (de casi 40 años) y solidifica lo que ya había insinuado en su anterior registro, “The Door To Doom” de 2019. En “Sweet Evil Sun”, en cambio, la idea va directo al blanco. Ya con “Wizard Of The Vortex”, primer corte del disco, uno intuye rapidito para donde va la carreta. Y de inmediato, la sensación es gratificante.

La agrupación suena cohesionada, con grandes interpretaciones de todas sus piezas. Y si a esto le agregamos que la producción es de alto nivel, el resultado no puede ser deficiente. Muchos riffs, potentes solos y pasajes sonoros de gran intensidad, van conformando un álbum sólido. Algunas incrustaciones novedosas vienen en la canción “When Death Sighs”, con la aparición de Jennie Ann-Smith, vocalista de Avatarium, quien se luce a dúo con Längqvist. Esta es una confirmación de que este nuevo disco trae algunos elementos que lo pretenden ubicar en la “cresta de la ola”.

Otras canciones a poner atención son “Angel Battle” -para este escribano quizás el punto más alto del álbum- sólida, directa y que reúne todo lo que cualquier seguidor del metal espera encontrar en una canción. Lo mismo ocurre con “Devil Voodoo”, la mega obra del LP en cuanto a duración, pero también en resolución. Fuerte, va de menos a más y, al final de los casi 8 minutos (la más extensa de las 10 pistas), podría postular al podio de las mejores. Algunas reseñas plantean que es de las mejores canciones que ha creado Candlemass en el último tiempo, pero eso queda al análisis de cada uno. Sí, y con toda seguridad, está entre lo más destacado de “Sweet Evil Sun”. “Crucified” es otro valor a resaltar ya que a ratos pasa un cambio, cuestión que se agradece dentro de toda esta espesura espectral que propone Candlemass. Como en muchos momentos del disco, los guiños a Black Sabbath están presentes.

“Sweet Evil Sun” es ideal para escuchar durante la temporada calurosa que ya nos azota en esta parte del mundo. Las nuevas 10 canciones de Candlemass son un baño de doom metal, de metal la verdad; un baño en el que al principio no dan tantas ganas de meter un pie, pero que, después de sumergirse, no dan ganas de salirse esperando que vengan y vengan más olas. En estos tiempos de sequía, un baño así es bien recibido.