Vision Divine: entre la fuerza del power y el delirio progresivoespera un momento...
miércoles 05 de noviembre, 2025
Escrito por: Equipo SO
“Todo ángel es terrible. Y sin embargo, ay, los invoco
a ustedes, casi mortíferos pájaros del alma, sé quiénes son ustedes.”
Rainer Maria Rilke
Con una narrativa emotiva, rozando entre el pesimismo, la nostalgia y la incertidumbre, Vision Divine es una de las bandas más importantes del power metal italiano, no de la primera camada, pero sí la que recogió los mejores frutos y lo llevó a lo más alto de la escena mundial, con un disco debut inigualable. Vision Divine, musicalmente hablando, recoge por un lado la velocidad, los coros emotivos y la fuerza del power metal, y por otro lado la técnica, la ambición conceptual y la polirritmia del progresivo. Por lo demás, los italianos siempre se han caracterizado por un sonido balanceado, ni con demasiados arreglos ni orquestras, ni tampoco han abusado de la agresividad y la crudeza rítmica por sobre otras variables que siempre ha manejado muy bien, como la potencia vocal, los coros y las guitarras melódicas.
Por Pablo Rumel.
DE LO PEOR A LO MEJOR
No hay disco malo de Vision Divine. Escuchar cualquiera, incluso el primero de esta lista (que representa el más débil) es sinónimo de buena música. Probablemente se trate de una banda que al tener dos alas, una powermetalera y otra progresiva, no termine de cuajar del todo entre los seguidores de una corriente o de otra. No obstante, hemos elaborado una lista de peor a mejor basándonos en tres criterios: la valoración de los fans, la originalidad de cada propuesta, y subjetivamente el gusto de quien escribe, intentando justificar la elección para intentar una mínima objetividad que pueda ser compartida, más o menos, por quien lea. Póngase cómodo, sírvase un café o su bebida de preferencia y prepárese para este viaje.
9 Degrees West of the Moon (2009)
Un reseteo, una vuelta atrás, un revival, mirando hacia adelante. Es el regreso de Fabio Lione. Técnicamente tenía todo para ser un gran disco, incluso oímos a Lione cantando con raspados bordeando lo gutural en «The Killing Speed of Time», un temazo veloz con elementos speed, pero aún así el disco no despega. Las canciones abusan demasiado de power chords y el tono general del disco es neutro, con muchas canciones de desarrollo lento que nunca arrancan. La mezcla final es buena, hay un par de ideas interesantes, pero a modo global le falta ángel. Un disco que parte con una canción que bordea los 9 minutos no la hace necesariamente más progresivo o conceptual. A Lione le faltó mayor dirección en las vocales: hace muy bien las partes melancólicas, pero casi nunca explota y salvo la canción citada se mantiene muy contenido. Muy atrás había quedado la edad dorada del power y este disco resiente aquella falta de creatividad y de rumbo en general de las bandas. Ni power ni progresivo, es el álbum más flojo de la banda, y aún así, acá presentamos temas que pueden tener más de una escucha.
Canciones memorables:
«Letter to My Child Never Born», «The Killing Speed of Time», «The Streets of Laudomia».
The 25th Hour (2007)
Este disco se debe oír con mucha atención, al ser un disco bisagra que termina con la era de Michele Luppi, quien regresaría recién este 2025, y que también cierra un ciclo compositivo inaugurado por el Stream of Consciousness: de hecho este disco es una suerte de continuación del Stream, donde se narra la historia de un hombre que atormentado por la culpa y la locura dialoga con su ángel dentro de su cabeza. Hay más elementos pop, con coros melódicos, teclados neoprog y una base metalera menos ruda. La voz de Luppi suena mucho más pulida que en los discos anteriores, y si bien hay un par de temas veloces, el tono general del disco es melancólico, dramático, con predominancia de las secciones más lentas y retraídas. Sigue siendo un gran disco dentro de la discografía de Vision Divine, pero no es el más fértil en cuánto a ideas, y más podemos decir que sigue el impulso y el empuje de la era Luppi, un reciclaje de ideas anteriores, que un disco memorable de comienzo a fin.
Canciones memorables:
«Alpha & Omega», «Essence of Time», «A Perfect Suicide», «Ascension»
Send me an Angel (2002)
Tras el insuperable disco debut, llegó este disco, fresco, que significaría la salida de Lione. Mantiene un nivel compositivo similar al anterior, pero no es un disco que despegue con mucha personalidad, es más plano, quizá el menos progresivo de la banda, con teclados menos protagónicos y con una dirección vocal que no convence del todo. Está el famoso cover de los A-ha, «Take on Me» que a mi juicio es una tremenda versión, incluyendo un efecto Cher en las vocales, pero que no terminó de convencer del todo, ni a los fans de A-ha ni a los de Divine. De manera global podemos decir que es un disco con menos ornamentos, pero que gana bastante con la presencia de las guitarras, con buenos solos y armónicos, y una base bajo-batería que se consolidaría con los años como un sonido rítmico usual de la banda, doble bombo alternado velocidades con un medido uso de platillos
Canciones memorables:
«Pain», «Away From You», «Apocalypse Coming», «Nemesis»
The Perfect Machine (2005)
Con una formación estable, y que trajo consigo la inclusión de un segundo guitarrista, Federico Puleri, este disco sigue por la misma senda progresiva que Stream of Consciousness. Compositivamente no se aprecia la inclusión de una segunda guitarra, pues en las anteriores todas están hechas por Thörsen, y probablemente su inclusión se debió para potenciar los shows en directo. Estamos pues, ante un disco calmo, que juega más con las velocidades de medio tiempo y con temas que en promedio superan los cinco minutos. Las líneas de bajo adquieren mayor protagonismo, así como las secciones sinfónicas aportadas por los teclados. En la portada vemos un ángel robotizado, y es que Vision Divine se decanta por visiones futuristas y postapocalípticas, narrando la historia de un científico que busca revertir la muerte a través de una sofisticada máquina, un tema prometeico que pone al hombre jugando a ser Dios. Es un disco eminentemente progresivo, rompiendo el equilibrio de su antecesor, que aún jugaba con elementos power, quedando acá diluidos casi al cero (casi no oímos ráfagas de doble bombo ni largas secciones palmuteadas), y sí más quiebres y cambios en las velocidades, con un control percusivo mayor.
Temas memorables:
«1st of a never-ending day song», «The Ancestor’s Blood», «God Is Dead», «Here in 6048» , «Now That You’ve Gone»
Nota: en ediciones posteriores incluye un cover muy bien logrado, «The Needle Lies» de Queensrÿche del Operation Mindcrime, banda que sin lugar a dudas fue un referente para Vision que también mutó desde un heavy clásico a un sonido netamente progresivo. También se reinterpreta New Eden por Luppi: si se oye en contraste con la original grabada por Lione, se comprende bien por qué Luppi es un gran intérprete, pero carece de esa calidez en los tonos medios del gran Fabio.
Stream of Consciousness (2004)
Tras Send Me Angel, que sin ser un mal disco significó un estancamiento en la banda y la salida de Fabio Lione, la banda se reforma con un nuevo baterista Matteo Amoroso y Oleg Smirnoff a los teclados, ambos con pasado en la escena power, Athena y Eldricht respectivamente: a las vocales llega Michele Luppi, con un estilo operístico, aunque menos teatral que Lione, y con más fuerza en los tonos altos, aunque sin esa calidez que es un sello personal del rapsoda.
El cambio de vocalista se siente, pero no impacta, pues ambos son versátiles. Este álbum representa el salto más claro desde el heavy power al progresivo: no es un salto al vacío, pero sí un cambio de marcha, siendo el primer disco conceptual dividido en capítulos, y como una novela, nos cuenta la historia de un enfermo mental que dialoga con su ángel de la guarda mientras está bajo cuatro paredes.
La percusión está mucho más trabajada, con secciones polirrítmicas y quiebres típicos del prog, hay mayor inclusión de guitarras neoclásicas y acústicas, y al ser conceptual posee varias piezas de dos minutos que sirven como interludio o instrumental (de hecho hay tres) entre las canciones que desarrollan cada temática. Esto puedo llegar a molestar a los fans más clásicos, que buscan pasar un buen rato, porque al estructurarse como una obra conceptual, se debe oír de comienzo a fin, como fue concebida, para su mayor disfrute.
Temas memorables:
«The Secret of Life», «Colours of my World», «La Vitta Fugge», «Shades», «Out of the Maze»
Este disco debería ser el número uno para los fans de Vision que disfrutan más de su costado progresivo, pero acá ya hemos dado el veredicto y hemos reservado tan honorable puesto para…. (sigue leyendo).
Destination Set to Nowhere (2012)
Fabio Lione se despide una vez más, eso sí, estaría junto a la banda hasta el 2018, pero esta es la última ocasión en que entran al estudio. Como mención especial, debemos mencionar el regreso de Andrea «Tower» Torricini en las cuatro cuerdas, con quien había compartido militancia en los dos primeros discos de il catenaccio italiano, el cerrojo dorado que creó lo mejor de la banda, y que por lo demás dejaría a Torricini hasta la actualidad ¿quién dijo que se no se podía volver con la ex? ¿Ah?
Hablando en serio, este disco hace bien todo lo que se pudo haber hecho mejor en el disco anterior, 9 Degrees West of the Moon, y no solo lo hace bien, sino que lo mejora a niveles superlativos. Musicalmente es lo más cercano al disco homónimo debut. La portada, una nave voladora random, con un logotipo de Vision Divine horrible (plano y sin gracia), hacían presagiar lo peor, y qué equivocados estábamos. Volvemos a oír esos solos aerodinámicos de escalas ultrarrápidas, teclados inspiradísimos que no se limitan solo a amoldar los acordes, sino que tienen mayor protagonismo. Vision Divine llevaba mucho tiempo debajo del agua del pesimismo, y a riesgo de empantanarse entre tanta negatividad, logra con este álbum despegar sus alas y volar, una vez más, con temazos que logran dosificar a la perfección la emotividad del power con la velocidad y la técnica del prog. Fabio Lione, que parecía medio muerto en el disco anterior ya citado, ahora parece que cobra más vida y vuelve en gloria y majestad, mejor dirigido y con su potencia vocal al máximo, lo que hace sospechar que el bueno de Lione logra su mejor performance cuando es bien dirigido. Discazo, desde el arranque con los versos recitados de Cecco Angioleri, contemporáneo y enemigo de Dante, pasando por las power ballads que no se limitan a un par de acordes lentos, sino que suman quiebres inesperados, solos maravillosos; hasta las canciones más rápidas, que siempre mutan entre mini-secciones atmosféricas, con secciones a pura batería y líneas de bajo ¿qué decir de los arreglos?, perfectos, para encumbrar el disco en lo más alto: solo queda al debe la horrible portada.
Canciones memorables:
«The Dream Maker», «The Ark», «Message to Home», «The House of Angels», «The Sins is You»
Blood and Angels’ Tears (2024)
Segundo disco que tuvo como frontman a Ivan Giannini. Es un disco que sigue la senda compositiva del anterior, un trabajo musical que se reconecta con la primera etapa, más cargada al power, con un estilo definido y bien balanceado. En primer lugar, no hay canciones que superan los seis minutos ni prólogos interminables, con una producción que va directo al ataque, con temas ultra bangers, sin dejar de lado las secciones de teclado de guiño ochentero, las ráfagas poderosas a puro doble bombo, y una voz de Gianini en estado de gracia, mucho mejor acoplada a la propuesta: ya no están esos ramalazos heavy metaleros de su disco debut, reemplazados ahora por parajes cálidos muy bien vocalizados, y tonos altos y sostenidos que van más aparejados con la línea power prog que Vision Divine ha ido desarrollando: su dirección vocal recuerda mucho al Lione del primer disco, y eso ya es dejar la vara demasiado arriba.
Blood and Angels’ Tears» de Vision Divine es el primer disco de una saga conceptual de dos partes que narra la historia de tres ángeles desterrados del cielo por su indecisión durante la guerra entre Lucifer y el Arcángel Miguel. Si hay una canción en la que la técnica y el desarrollo vocal se aprecia totalmente distinto de Giannini es en «Lost», una power ballad en la que además recita nada más y nada menos que a Dante de la Divina Comedia, siendo un broche de oro pues conecta la tradición power con lo más selecto de su literatura, Il Sommo Poeta, o el Poeta Supremo de las letras universales.
Canciones memorables:
«Once Invincible», «Drink Our Blood», «Go East», «The Broken Past», «Dice And Dancers», «Lost».
When All The Heroes Are Dead (2019)
Si Luppi y Lione componen la columna vertebral, los pilares vocales de la banda, con Ivan Giannini se inaugura la última era. No debemos olvidar que en 2025 se cumple un año de su salida con el regreso al micrófono de Luppi, pero sí es importante considerarlo como el frontman que inauguró una nueva etapa en Vision Divine, con una visión de evidente retorno a sus raíces power metaleras, que ya habíamos visto en el Destination, pero en este trabajo lo progresivo queda en un segundo plano y lo que prima es un disco poderoso, quedando en lo más alto y selecto de la discografía de la banda y que prácticamente no tiene ningún punto bajo.
Destacamos la cañera y poderosa «The King of The Sky», la épica y esplendorosa «300», la movida y atmosférica «Were I God». Sí, señoras y señores, este disco es un retorno a esos interminables duelos de solos, de teclados más afilados que la cuchilla de Isaac, de guitarras pesadas en afinaciones bajas, de secciones melódicas con líneas de bajo que se abren como las alas de un ángel, todo adosado con la voz de Giannini, otro prodigio de los tonos altos, superior a Luppi y solo igualado por Lione, aunque los tres componen un tridente que gustosamente cualquier banda del mundo quisiera tenerlos entre sus filas. En definitiva, es un disco que tiene velocidad, patrones progresivos, coros maravillosos y una producción de primer nivel.
Canciones memorables:
Todas, en especial las mencionadas y la que cierra el disco «The Nihil Propaganda», que termina con tremendos versos de Dante declamados en italiano.
Vision Divine (1999)
Si se escuchan los primeros segundos de su tema de arranque «New Eden», oímos un eco de una batería lejana junto a unos synths, es muy breve, pero tiene toda la impronta de “lo nuevo”, de un sonido que se avecinaba en un lejano 1999, época dorada del power metal donde Stratovarius estaba on fire, Rhapsody había publicado acaso los mejores discos del género, Hammerfall venía en alza con su sonido más crudo, Helloween arrasaba junto con Andi Deris iniciando una fase más potente y con esteroides, y Blind Guardian había publicado su insuperable homenaje a Tolkien con Nightfall in Middle-Earth.
En ese contexto, con un Olaf Thörsen que venía pisando fuerte ya con Labÿrinth y un Fabio Lione cabalgando en la cresta de la escama del dragón con sus rapsodas, eras y tormentas se conjugaron en un pedazo de disco que aún se debe agarrar con guante de cuero y tenazas, pues aún resplandece por el calor y genialidad con el que fue concebido, y quema, cómo quema, pero no con el fuego de la destrucción, sino con el fuego de la imaginación.
«On the Wings of the Storm» es una clase de power metal, con duelos solistas y trallazos de guitarra ultrarápidos, adosados con suaves camas de teclados y sonidos de truenos que le dan más epicidad a la cuestión. «Black Mask of Fear» es otra obra maestra (todas las canciones lo son), que enseña cómo estructurar un tema a partir de un teclado espiralado que van in crescendo, sumado a pausas dramáticas y barridos de guitarra que solo potencian la gloria. «Exodus», un temazo que es pura NWOTHM mixturado con patrones entrecortados y un control de la batería alucinante. «The Whisper» nos enseña que la grandiosidad no necesita de cincuenta mil violines, trombones y contrabajos, solo un buen synth y unas afiladas notas de teclado, con un buen galope de guitarra. «Forgotten Worlds» es la vena más mística de los Divine, con órganos tipo iglesia de entrada, y luego un ritmo de velocidades medias, un instrumental de pura cepa. «Vision Divine» es otro prodigio, más calmo, jugando con las velocidades y las texturas, excelente control baterístico. «The Miracle» es la hermosura pura hecha canción, con una intro inolvidable, un equilibrio perfecto entre fuerza y técnica sin caer en la exageración y la brutalidad. «Forever Young» ¡hay qué oír esos coros! Y cómo la batería se despacha excelentes arranques entre cada sección. «Of Light and Darkness» es la balada perfecta, suave, con unos teclados que te acarician en cada nota, con un Lione que canta como si estuviera a punto de morir, ¿y la lírica? Léanla, que es para llorar.
Canciones memorables:
Por supuesto que todas, aunque me guardo bajo la manga el cover de Europe «The Final Countdown», gran interpretación, pero demasiado similar a la original, y la idea es hacer algo diferente ¿no?
Conclusión:
Entres por donde entres, al escuchar a Vision Divine encontrarás talento y riesgo. Hay eras menos esplendorosas, como la de Luppi, con mayor desarrollo del prog, y la de Lione es ambivalente, no todos los discos están en el top tres. La etapa de Giannini duró demasiado poco, y como dice el dicho “de lo bueno, poco”. Lo importante es que compositivamente Vision Divine viene en alza, y ya con la cantidad de buenos discos que tiene en su discografía, es una banda que perfectamente puede competir por ser la mejor en el mundo del power metal.
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