Ambush: Asesinos por naturaleza (2025)
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Ambush: Asesinos por naturaleza (2025)

Ambush: Asesinos por naturaleza (2025)

viernes 02 de mayo, 2025

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Escrito por: Equipo SO

Por Claudio Miranda.
Fotos por Francisco Pérez.

Tras su recordado debut en suelo chileno allá por 2022, el retorno de Ambush era cosa de tiempo. A sólo semanas de editar su nuevo trabajo en estudio, el single «Evil in All Dimensions» ya nos da una idea clara de las convicciones a las cuales se aferra un conjunto que respira heavy metal en su forma más pura, a la usanza de los ’80s y, al mismo tiempo, poniendo un ojo en las nuevas formas. Y es que los suecos, junto a sus compatriotas de Enforcer, conforman la primera línea de ataque en una oleada que desde hace poco más de una década viene revitalizando los valores del heavy de viejo cuño, con la fuerza necesaria para moverse en un hábitat donde la fidelidad al acero se antepone a cualquier tendencia u opinión ajena. Y eso es lo que Ambush proyecta desde su esencia, sin doble intención ni truco. Sólo con el propósito de defender la fé en lo que realmente importa.

En una sala RBX cuyo aforo se repletó de a poco, los bangers locales se congregaron a eso de las 19 horas, con el arranque a cargo de Hexen. Los rancagüinos dieron el ‘vamos’ a la jornada mediante una propuesta que hermana la energía del estilo con una producción escénica basada en la caracterización con maquillaje. Por supuesto, «Hex of the Warlock», «Knight of the Black Rose», «Crimson King» y «Join the Ritual» -la que titula su LP editado a comienzos de la presente temporada-, son algunas muestras en vivo de lo que propone un conjunto que se planta en favor de un ritual personal al cual somos invitados con todo gusto. Ajustados, precisos, y con la solidez adjunta a la presencia en escena, Hexen cumplió apelando a las virtudes propias de un género que puede apelar a la diferencia sin transar su coherencia.

Si un nombre de la talla de Witches Sabbath se ha vuelto un imprescindible en el circuito local, es porque desde el patadón con «Burning Bones» te ametrallan con una ráfaga de agresión y oscuridad. Nos quedamos cortos al hablar de consistencia, sobretodo cuando hay un espectáculo, una energía que intercala la agresividad del estilo con espacios de bruma y tiniebla. Lo que podemos apreciar en lanzamientos recientes como «Devil’s Child», en el directo ganan en fuerza descomunal y una destreza instrumental que encuentra en la voz de Catherine Maureira el componente vital de furia y embrujo que le da al quinteto -integrado en su mayoría por mujeres- su propia rúbrica. Heavy Metal en su tradición más épica y veloz, y echar mano al concepto ocultista en sus trazos más doom, como ocurre en la suite «The Oath / Witches Sabbath». En una noche de bajas temperaturas en la capital, lo de Witches Sabbath es, literalmente, echar fuego en pleno aquelarre de metal oscuro e implacable.

Siempre será un acierto el nombre de Letalis como referente de la actual escena heavy metal a nivel local. Con Jacqueline Jara al frente, y el LP «Bestia Oculta» (2022) girando como uno de los lanzamientos más apabullantes de la década en curso, es cosa de apreciar la forma en que aprovechan el escenario. No es solamente tocar heavy metal o recurrir al cliché, sino darle una trascendencia a quienes esta música nos acompaña en el diario vivir. Anoche, terminando el 1 de Mayo, la dedicatoria de «Nací para Vencer» a quienes tienen familia y se rompen el lomo a diario, es de esos pasajes que transforman una jornada de música en vivo en algo mucho más grande y poderoso. Al mismo tiempo, «Fiera de Acero», la titular «Bestia Oculta» y «Escupe Fuego» triunfan desde el propósito del género como una forma de expresión y desahogo en tiempos de alta turbulencia. En el sentido de la convicción, lo que implica hacer música agresiva y con melodías energizantes para su despliegue en el directo, Letalis justifica sus credenciales como acto en vivo y sinónimo de categoría en una escena que imprime su auge donde se escribe la historia.

Si alguien nos preguntara cómo describir a Heiligen, el propio Renzo Palomino nos lo hace saber a su manera: «nos gusta el p*to heavy metal, conchetum…! Igual que todos y cada uno de ustedes». Quién podría contradecirlo si basta con que «Lights in the Darkness» y «Back in the Game» transformen el RBX en una caldera, para después tirarle el garrote al fanatismo religioso en «Prisoner of Faith». A la segura y sin complejos en abrazar el heavy como bandera de lucha.

Además del desempeño extraordinario de Renzo como voz y frontman de desplante atronador -notable la cercanía que desarrolla con el público-, el dúo de guitarras comandado por Hugo Sánchez acusa la huella de Judas Priest y Iron Maiden como parte de un ADN incorruptible. Por otro lado, su versión para «The Beast», original de los daneses Randy, da cuenta de un compromiso férreo con el heavy metal en su faceta más subterránea, la del nombre para entendidos en la materia. La ubicación en el cartel es la confirmación de un nombre que viene sudando y respirando metal en su propio fragor durante más de una década, con la impresión que nos genera hacia el final con «Return to the Battle» y «Rage of the Gods». No quepa duda de que Ambush era el plato de fondo, pero con Heiligen a la cabeza de nuestra Armada, podemos afirmar que la escena local tiene la fuerza suficiente para dar para y pelotas a la ira de los dioses.

 

Tras una espera de casi 30 minutos, y con la propia banda probando sonido ante un público en llamas a esas horas, «Firestorm» soltaría el primer misilazo de heavy puro. Un RBX abarrotado de bangers con puño en alto y adueñándose de los coros, con el beneplácito de un alborozado Oskar Jacobsson, un cantante y frontman de clase mundial. Imposible definir de otra manera lo que dispara Ambush desde los amplificadores, sobretodo con la siguiente «Possessed by Evil» remarcando el ataque con su riff cabalgado a-la-Maiden y las ganas de comerse al mundo. Sólo en el puro inicio tienes en Ambush una propuesta que transforma lo memorable en energía.

Como lo mencionamos al inicio de esta nota, había que estar al tanto del presente de los suecos, y el single «Evil in All Dimensions» tenía que estar presente de todas formas. Recién salido del horno, estrenado en suelo chileno como parte de un repertorio matador en todos sus surcos. No nos deja de abrumar la forma en que comen y respiran la edad de oro del heavy metal, en cómo se sumergen en una etapa determinada y vuelven al presente con un lenguaje propio ya reforzado. Eso que notamos por su trabajo en estudio, en el directo se vuelve una descarga energizante. Lo que da la garganta de Oskar, también se sostiene en el desempeño magnánimo de Olof y Karl en las guitarras. Una dupla que rememora a los Murray/Smith y Tipton/Downing de una era irrepetible, preservan lo mejor de dichos nombres en un trabajo que solamente se mide con las ideas que profesan en plenos 2020. De ahí es que cuando llegamos a «Heading East», una en que el cabeceo es obligatorio sí o sí, nos damos cuenta de cómo se construye una noche de celebración al heavy metal en base a un set armado con pura inteligencia.

Desde las coreografías ochenteras en «Hellbiter» -el bajista Oskar Andersson, el conector rítmico y pivote de las guitarras, llevándose el instante de protagonismo merecido-, hasta el «conchetum… Chile» que Oskar Jacobsson profiere eufórico en un español fluido antes de «The Demon Within», las postales que nos brinda Ambush van de la mano con el gusto por el heavy hasta la médula. A propósito de Jacobsson, su juego interactivo con el público al estilo de Rob Halford o Freddie Mercury antes de retomar la velocidad con «Desecrator», es lo que vuelve un personaje entrañable. Imposible entender el sentimiento de comunión que genera «Southstreet Brotherhood» -¡vaya título! sin la cercanía que proyecta con los fans. El vinilo en mano que le entrega un fanático, el «muchas gracias, chilenos» con cerveza en mano… Nos quedamos cortos en cualquier análisis técnico cuando se genera algo mucho más significativo.

Si acaso hay un clásico de esos que echan abajo un club con la misma fuerza que podría derribar un estadio-arena, «Natural Born Killers» las tiene todas en ese aspecto. No solamente se te queda pegado el coro, sino que Jacobsson aprovecha el momento para cambiar la palabra «…killers» por «Chile». Incluso se echa el público local al bolsillo cuando los instiga mediante la comparación con Perú y la referencia al pisco. Con qué inteligencia y carisma termina por robarse el corazón de nuestro país. Se genera un recuerdo y eso es lo que hace del retorno de los suecos a Chile un capítulo a enmarcar.

Abrochando el set, una asesina «Don’t Shoot (Let ‘Em Burn)» con el acelerador al máximo y, literalmente, haciendo arder el recinto en cada rincón. Y como regalo hacia un país donde la fé en el metal es a prueba de todo, una aplastante versión de «Metal Gods», de los todopoderosos Judas Priest, rematando hasta la última alma. Suficiente viniendo de estos asesinos por naturaleza quienes no tienen empacho en atravesar el charco para castigar a los infieles y celebrar con la hermandad del Sur del Mundo. Nadie puede discutirlo, mucho menos tratándose de una banda dispuesta a atacarnos por sorpresa y rebanarnos el cuello en un par de segundos. Lo cual está lejos de ser una simple metáfora si hablamos de Ambush.

 

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