Camila Moreno » La primera luz» (2025)
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Camila Moreno » La primera luz» (2025)

Camila Moreno » La primera luz» (2025)

jueves 19 de junio, 2025

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Escrito por: Equipo SO

Por Nadia Romero.

La primera luz (2025): un susurro confidente.

Camila Moreno vuelve con un concepto totalmente opuesto a su disco antecesor, REY (2021): un álbum disruptivo, de sonoridad experimental, sobrecargado de atmósferas y conceptos grandilocuentes.

Esta vez, La primera luz nos trae simpleza compositiva, crudeza sonora e intimidad lírica. Disco grabado en México bajo la producción de Adam Jodorowsky. La canción que abre da nombre al disco “La primera luz” y nos presenta una composición que evoluciona, con un inicio que podría recordarnos a las canciones calmas del disco Panal (2012), pero que, a medida que avanza, incorpora cambios de tempo e intensidad a los que la cantautora ya nos tiene acostumbrados. Albergando principios opuestos —la luz y la oscuridad—, esta dualidad sienta las bases del contenido del álbum.

El segundo track, “Madre nunca, niña siempre”, es una canción críptica que deriva en lo bailable, como una fiesta íntima y contenida, pero con actitud rock and roll. Luego aparece “Fuga”, el primer single presentado, que advirtió los elementos estéticos sonoros del álbum: formato banda, arreglos precisos y un sonido vintage. “Fuga” se disfruta de principio a fin, con un potente coro y la narración del deseo de escapar del terreno conocido y del horror que implica dejarlo atrás.

“Vapor” es el cuarto track, una canción minimalista que demuestra que la calidad compositiva e interpretativa de Camila no necesita adornos. Es una canción de amor en su propio lenguaje, cargada de pesares, magia y contención que acompaña a la vertiginosa existencia tras una tormenta emocional. Luego, en “Coronación”, hay erotismo susurrado al oído, un lenguaje sin pudor, una pequeña referencia a Britney Spears y emocionalidad rodeada de cuerdas.

El siguiente track es “Irreversible”, una canción que se emparenta con su hit “Sin mí”, del aclamado disco Mala madre (2015). Es una balada con un inicio a cuatro venezolano, que se va vistiendo lentamente con los demás instrumentos. Aquí, Camila se muestra como un libro abierto frente a la pérdida y las ganas de volver a empezar. Ella sabe bien cómo escribir sobre la maldición de ser consciente de que todo se acaba.

Una de las melodías más hermosas del disco la trae “Torre”, donde más reluce su calidad interpretativa, con la misma operación de lidiar con el dolor en medio del conflicto, acompañada por un piano protagonista.

En “Medalla de oro”, entre atmósferas oscuras, nos canta: “mereces una medalla por ser tan buen, tan buen padre, merezco piedras y lava porque no soy tu mamá”, un canto directo sobre el conflicto de cómo debe comportarse una mujer y la decisión de no ceñirse a las normas sociales siendo madre.

En “Habla”, hay algo de culpa y crítica social expresado de forma introspectiva:“Duérmete, mi niño, que hay toque de queda. Duérmete, mi niño, que el mundo se quema.” Sin alzar un canto rabioso, evoca los sentires de un tiempo marcado por el estallido social y la pandemia.

Y para cerrar, “Antorcha”: la canción más tierna, inocente y delicada del disco. Una expresión íntima de su maternidad, que culmina en un cálido coro a voces. El último susurro del álbum, que simplemente te arrulla.

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