Los caminos de Kim Deal
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Los caminos de Kim Deal

Los caminos de Kim Deal

jueves 20 de octubre, 2022

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Escrito por: Isabella Richter

Conocida mundialmente por haber sido la bajista de Pixies, Kim Deal recorrió su propia ruta comandando a The Breeders. Con una historia de luces y sombras, Deal ha dejado una huella convirtiéndose en una de las musas alternativas de las últimas décadas.

«Mrs. John Murphy». Bajo ese seudónimo, Kimberley Ann Deal firmó su participación como bajista y vocalista en los primeros trabajos de Pixies, la banda formada en Boston en 1986 que la lanzó al estrellato. El apodo está cargado de ironía y Deal lo eligió para burlarse de una mujer que había conocido y que quería que la nombraran solamente con el nombre de su esposo, en señal de respeto hacia él.

Esta anécdota refleja la personalidad de Kim Deal: auténtica, irónica y directa. Desde su época escolar demostró carácter, atributo que le trajo algunas veces problemas con las autoridades educacionales.

Deal nació el 10 de junio de 1961 en Dayton, ciudad del estado de Ohio. Tal como hemos visto con otros personajes, como Trent Reznor en Mercer, por ejemplo, en Dayton no pasaba mucho y estaba “alejado de la civilización”. Para conectarse con el mundo, Kim y su hermana gemela Kelley, escuchaban grabaciones de Elvis Costello, Sex Pistols o Gang of Four que les enviaba un amigo. Ellas habían crecido escuchando los clásicos de AC/DC y Led Zeppelin.

Vivir en Dayton las marcó. “Era un pueblo de glam metal y lo odiábamos, las mujeres tenían que ser supuestamente sexys y no se les permitía rockear”, se quejó Deal en alguna entrevista con The Guardian, hecho que empujaría, en el futuro, a las hermanas a dedicarse a la música. “Cuando me metí en la música, nunca pensé que algo de lo que hiciera se vendería, nunca. Tal vez crecer en Dayton también tuvo mucho que ver con eso (…) Dado que Dayton no es una ciudad portuaria ni una ciudad costera, no hay muchos tipos diferentes de música, así que nadie tenía el más mínimo interés en nada de lo que hacía, y nunca esperé que lo hicieran. Llegué a comprender que simplemente no puedo hacer nada que sea de interés para estas personas. Y me siento muy bien por eso”, reflexionó Deal en una conversación con el sitio SPIN en 2008.

Tras terminar sus estudios escolares, Deal ingresó a varias universidades a estudiar carreras relacionadas con la biología y la tecnología médica. Tras mudarse a Boston, ya casada, ingresó a trabajar en un laboratorio, pero sin olvidar su gran pasión.

De Pixies al camino propio

Por esas casualidades de la vida, vio un aviso en el diario en que se buscaba una vocalista. Asistió a la audición y se quedó con el puesto de bajista, pese a que ella dominaba la guitarra. Tiempo después, los integrantes de aquella banda, Charles Thompson, más conocido como Black Francis, y Joey Santiago “admitieron tiempo después que Kim fue la única en responder el anuncio. Aun así, sabían que era ella a quien buscaban”, reseña un reportaje publicado en el sitio Gatopardo en 2019. Así nació Pixies.

El aporte de Deal se hizo notar de inmediato dentro del cuarteto (se había sumado David Lovering en las baquetas). Grabaron el EP “Come on Pilgrim” (1987) y luego los álbumes “Surfer Rosa” (1988) y “Doolittle” (1989), trabajos que les reportaron un éxito que trascendió los circuitos under llegando con su propuesta a las grandes audiencias.

A pesar de que la combinación sonora de pasajes atronadores con otros más tranquilos enmarcados en un sonido crudo, más el juego entre las voces de Francis y Deal, funcionaba a la perfección, rápidamente las tensiones aparecieron entre ellos. En una entrevista con The Guardian, Deal lo dejó bastante claro: “Era una época muy enfocada a los hombres. El hardcore había vuelto a Estados Unidos y a las chicas no les permitían estar ahí. Me pareció extraño que algo originado desde el punk, sobre los dos sexos haciendo cosas para sí mismos, pudiera convertirse en eso”, apuntó. En la misma ocasión, agregó que “he dicho antes que la misoginia es la verdadera columna vertebral de la industria de la música, y sin misoginia la industria de la música se derrumbaría”, pensamiento que ha reiterado en otras oportunidades.

En aquellos años, Deal era consumidora de drogas y de alcohol, hecho que afectó su trabajo en Pixies y su vida matrimonial, relación que finalmente terminó. Esta fue una de las razones adujo Francis para limitar la presencia de la bajista en los futuros trabajos de Pixies. La propia Deal le entregó la razón, hablando de sus excesos en las giras. “Durante todo el tiempo que estuve viajando con los grupos, jamás exploré las ciudades donde tocábamos. Nunca fui ese tipo de persona que se va de gira y acude a todos los museos interesantes y toda esa mierda. Me quedaba bebiendo jodidamente en el bar. Siempre estaba con resaca, tratando de subirme al autobús de alguna forma. Básicamente, esa fue toda mi vida”, explicó en una entrevista a Alan Pedder de Wears The Trousers en noviembre de 2012.

En paralelo a su estadía en Pixies, Deal formó The Breeders en 1989 junto a Tanya Donelly. “Pod” (1990), el disco debut, se grabó en apenas diez días en Edimbugo, Escocia. “Fue tan exprés que los integrantes permanecían con su pijama durante días y así salían a comer o a tomar a los pubs cercanos” (Gatopardo, 2019). Luego vendría el EP “Safari” que consolidó lo realizado en el primer álbum. The Breeders fue el grupo en que Kim Deal dio rienda suelta a sus capacidades creativas y compositivas y que habían estado a la sombra de Black Francis durante los años anteriores. Este destape fue el que, a la larga, le permitió recorrer su propio camino musical. Sin embargo, se quiera o no, Pixies siempre se asociará inevitablemente a su nombre.

En 1990 y 1991, Pixies lanzaría “Bossanova” y “Trompe le Monde”, respectivamente. En ambos álbumes, el aporte de Deal fue escaso debido a que las sesiones de grabación eran conflictivas y tensas. Deal escribió pocas canciones para estos discos. El hecho de participar poco en las composiciones siempre fue un factor de conflicto y fue blanco de críticas por parte de algunos medios especializados. “Al respecto, Black Francis admitió que se trataba de su ego y que le molestaba ver cómo Kim Deal obtenía toda la atención en el escenario, cuando era él quien se encargaba del “trabajo” (Gatopardo, 2019).

En 1993, Pixies anunció su separación, noticia que Kim Deal supo a través de su hermana Kelley, quien se enteró por la radio. Ese año fue clave porque Deal se enfocó 100% en The Breeders y lanzaron el disco “Last Splash”, LP más exitoso de la banda y que incluía el megahit “Cannonball”, single que contó con una alta difusión en radios y televisión, con un video que fue dirigido Kim Gordon (sí, la de Sonic Youth) y Spike Jonze. Este disco contó ya con su hermana como integrante estable y elevó el estatus del grupo y el de las hermanas Deal, aunque los excesos seguían a la orden del día. Tanto fue el cántaro al agua, que, en 1995, Kelley fue detenida por posesión de heroína, entrando a rehabilitación. En 2002, le tocaría el turno a Kim. “Fue esa primavera que estábamos en Inglaterra, y The Breeders tocamos, y pensé: «¡Oh, Dios mío, me voy a morir!» Allí tienen cerveza más fuerte, y yo todavía estaba bebiendo la misma cantidad, así que me despertaba y de hecho tenía los batidos. Y lo sientes por dentro también; tus órganos tiemblan. Se siente muy enfermo, enfermizo, como enfermo de hospital, no como un drogadicto genial”, recordó Deal (SPIN, 2008).

Frente a las drogas, el alcohol y los excesos, ahora Kim Deal tiene una visión bastante clara. “Cuando estaba bebiendo, era como ir al bar durante ocho horas o comprar el paquete de 12 en la casa. Era exactamente lo mismo una y otra vez todos los días: era lo más aburrido. Si fuera realmente divertido y emocionante, todavía lo haría. Tendría la idea de que probablemente debería trabajar en algo, pero la memoria a corto plazo era tan mala que en realidad nunca hice nada. Al principio, era extraño estar sobria. Me sorprendió la duración del día. Simplemente te despiertas y dices: «Está bien», y luego, diez horas después, dices: «¿Esto va a terminar alguna vez? Dios, ¿qué hace la gente con su maldito día?” (SPIN, 2008). En la misma entrevista, Deal reconoció que “no consumir drogas tenía una connotación tan mala para mí: si no consumías drogas, eras aburrido. Pero ahora encuentro mucho más interesante no consumir drogas. Lo encuentro mucho más lleno de peligro, en el buen sentido”, aludiendo a su vida y a la relación con su trabajo, componer música.

El final es en donde partí

En el año 2003, Kim Deal volvió a vivir a Dayton, para cuidar a su madre quien había sido diagnosticada con Alzheimer un año antes (“Si hubiera sabido que iba a tomar tanto tiempo, no me habría mudado de inmediato”, dijo con ironía en The Guardian en 2018). Sin embargo, el volver a Dayton no fue algo traumático. “(sobre si es claustrofóbico vivir en ese lugar) Sí, pero creo que la gente lo hace de todos modos, incluso si viven en una gran ciudad… Nunca pude hacer una oportunidad en Nueva York, siempre parecía terminar en un sótano consumiendo drogas. Me gustaba Boston, Los Ángeles, Chicago. Podría haberme ido a Londres: es grande, pero tiene un ambiente de vecindad” (The Guardian, 2018). Desde esa fecha, Deal vive en Dayton y mantiene un estilo de vida tranquilo.

Si bien dejó Pixies en el año 2013 sin motivos aparentes, Deal se ha mantenido componiendo y lanzando discos con The Breeders y canciones en solitario. Algunas de esas canciones están disponibles en plataformas digitales de música. Y aquí deriva otro punto que muestra una faceta de la personalidad de Deal y define su filosofía de trabajo. Su relación con “lo digital” es todo un tema para ella. “Es curioso, este problema que tengo con lo digital frente a lo analógico se manifiesta de formas diferentes. Siento que siempre estoy en el lado equivocado de lo que es la tecnología más avanzada (…) nunca estuve en contra suya, sino que estaba en contra de las personas que me hacían usarla y que me decían que era mejor que lo otro (…) hay que aceptar que no soy una persona digital. Nunca me siento delante del ordenador para escuchar, o incluso escribir, música. La obra hay que sacarla con los músicos dentro de la habitación. Aquí no se trata de programar una batería, sino de que alguien trate de construir físicamente un ritmo y de que compruebe si funciona. Y cuando vamos al estudio adecuado, entramos y tocamos la canción completa de principio a final, sin modificarla…” (entrevista con Alan Pedder de Wears The Trousers, 2012).

Kim Deal es una de las musas alternativas que ha sobrevivido a todo ese torbellino que fueron las décadas de los ochenta y noventa, especialmente considerando si, en su caso, era la única mujer de un grupo (Pixies) o lideraba un grupo conformado casi completamente por mujeres (The Breeders). Como fuese, Deal logró dejar huella con su música, pese a que ella no lo haya pensado. “Algo así te hace darte cuenta de que la música es tan impactante (que Kurt Cobain haya manifestado alguna vez que “Pod” había cambiado su vida). Ya sea yo o alguien más, cambia la vida de las personas. A veces todo se vuelve tan cínico, o simplemente estoy haciendo lo mío, y olvido que la música realmente es poderosa, realmente importa” (The Guradian, 2018).

Como sea, Kim Deal lo logró, recorriendo los caminos desde Dayton hacia el mundo.

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