Massacre y «From Beyond»: fidelidad a lo que viene desde más alláespera un momento...
martes 30 de septiembre, 2025
Escrito por: Equipo SO
Por Claudio Miranda.
El calendario registra Marzo de 1991 como el período en que Kam Lee (voz), Rick Rozz (guitarra), Terry Butler (bajo) y Bill Andrews (batería) ingresaron los estudios Morrisound de Tampa (Florida), mentalizados en grabar lo que será su primer largaduración. Pese a su formación en 1984, Massacre registraba en los ’80 un catálogo compuesto por cintas demo que determinaron la identidad de todo un género un lustro antes de su explosión mediática. Registros de la talla de Aggressive Tyrant y Chamber of Ages (ambos editados en 1986) circulaban de mano a mano, de boca a oreja en el entonces incipiente circuito underground. Todo aquello en 1986, el año en que el thrash metal, con Metallica y Slayer al frente, se tomaba por asalto la escena. Y las cintas mencionadas serían la base para un álbum debut cuya jerarquía nunca mpás pudo ser replicada en trabajos posteriores por sus creadores.
Editado por el mítico sello Earache, From Beyond figuraba como algo más potente que un álbum debut. Lee, Rozz, Butler y Andrews compartieron espacio y música con Chuck Schuldiner, ya fuera en los muy juveniles -y muy adelantados- Mantas o en Death durante su etapa inicial. Y cuando el lanzamiento de Human (1991) expuso la trascendencia que Chuck buscaba más allá de los clichés del género, Massacre se conformó como una declaración de principios en favor del otro extremo. Es así como From Beyond apareció en el momento indicado, moviéndose y arrasando con todo en una biósfera sónica que arrancaba la década del ’90 en plena consolidación.
Si alguien se pregunta qué hace especial a From Beyond como una obra maestra en su esencia, el arranque con «Dawn of Eternity» no solamente responde a la pregunta en cuestión. La huella del thrash sigue latente, destilando una potencia controlada de manera quirúrgica. Ojo, en nada empaña su temple radical, sino que le da una consistencia imposible de rebatir. Las guitarras en «Cryptic Realms» y «Biohazard» intercalan rapidez y espesor, solos con poco alarde de virtuosismo de clínica y muchas, pero muchas ganas de pelotas puestas en cada nota. No se entiende la guitarra death metal sin Rick Rozz, por lejos el guitarrista más importante de aquella camada que remeció los suelos de Florida en el atardecer de los ’80s.
Si bien «Chamber of Ages» ya era un habitual en los inicios de Massacre, en From Beyond se gana su lugar con el tratamiento que merecía. La batería de Bill Andrews destila intensidad a raudales, complementandose con el bajo de Terry Butler hasta formar una pared infranqueable. Un momento estelar que Rozz corona con un solo de su marca registrada. El propio Andrews se encarga de demostrar en el corte titular todo lo aprendido durante su incursión previa en Death. Al mismo tiempo, hay un viraje extraordinario hacia un lugar ignoto del cual salimos solamente para que el cuarteto lo deje todo en la última recta. Y no quepa duda de lo que se manda Kam Lee y su voz tan podrida como oscura. El único sobreviviente de aquella alineación durante estos días, en 1991 personificaba el ideal de una agrupación que se mantuvo fiel al impulso primario cuando el género empezaba a tomar un rumbo hacia otros parajes.
No digamos que «Defeat Remains» es el corte menos certero del redondo, sino que se siente como un momento oportuno que nos permite recargar energías para el siguiente asalto. Y es que ni el oído más entrenado podría permanecer incólume ante la voracidad de «Succubus», una muestra de death metal químicamente puro desde el núcleo. Si el aluvión de demos que arrasó en los ’80 con USA y Europa ya nos daba una idea de lo que se vendría, From Beyond, el álbum completo, confirmaba una identidad que llevaba las cosas hacia más allá de lo permitido. En el caso de Massacre, los conceptos relacionados con el horror y la muerte en todas sus formas se traducen a un despliegue de música salvaje con virajes hacia lo desconocido, todo dentro de una coherencia que responde solamente a la vena de sus creadores y ejecutores.
Poco que decir cuando «Symbolic Immortality» pasa raudamente, permitiéndonos recuperar el aliento solamente en ese espacio que aprovecha Terry Butler para recordarnos en dónde gravita la rapidez mortífera de Massacre. Y el cierre a cargo de «Corpsegrinder», con un Rick Rozz sacando provecho a la palanca en la intro para generar sonidos provenientes de la pesadilla más demencial, no puede ser más elocuente respecto al objetivo de Massacre respecto a la (r)evolución que Chuck Schuldiner y sus entonces reformados Death ya proyectaban dejando atrás su pasado más primitivo. No es casualidad la elección de «Corpsegrinder» en el lugar del disco; originalmente grabada por Death e incluida en el demo Reign of Terror (1984), Massacre la vuelve suya y definitiva, como una forma de reivindicar la integridad de todo un género cuando el panorama musical -no solamente en el metal extremo- experimentaba cambios determinantes.
Tras la edición y promoción de From Beyond, Massacre se disuelve en 1992, retornando con Lee y Rozz al año siguiente para grabar el controversial y vapuleado -con toda razón- Promise (1996). Hoy, con Kam Lee a la cabeza y único fundador sobreviviente, nos encontramos con un catálogo que se renueva cada cierto tiempo, siendo Necrolution (2024) su trabajo más reciente. Sin embargo, nunca hubo ni habrá un trabajo del calibre de From Beyond. Una placa que salió en el momento indicado y forma parte de una oleada que determinó la huella digital del metal de la muerte en sus formas más cruentas y dolorosas. Un disco angular cuando hablamos de death metal desde la tripa. Desde ese más allá que Massacre proyectó en el amanecer de la eternidad y extendió como seña de su inmortalidad simbólica.
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