Rockalestero 2014, Parte 1espera un momento...
miércoles 12 de noviembre, 2014
Escrito por: RodForChoice
Llegando al cruce de Catillo, por la ruta 5 Sur hay mucho más que campo y gente amable. Hay cojones y huevos de sobra, no por las gallinas y los animales que se paseaban cerca de la media luna antigüa de don José, sino por los anhelos de un pequeño grupo de personas que comienza a hacer historia en la segunda versión del festival Rockalestero.
Prometiendo un cartel de más de 20 bandas, cumpliendo con una instalación de calidad y buen sonido (aunque a ratos se iba a las pailas) la jornada maratónica -de más de 17 horas de rock- fue un golpe energético para reactivar lo que queda de año. Una exhibición intensa de música chilena independiente. El escenario de #Rockalestero2014 tuvo un desfile de diversos artistas, algunos más consagrados y otros más emergentes que el resto, pero todos con algo que decir, incluso aquellos que por distintos motivos tuvieron que quedarse abajo de esta versión. Rescatamos y agradecemos la energía depositada en Parral el pasado 31 de octubre y el 1 de noviembre. Mención honrosa para los zombies que deambulaban el domingo 2.
El sábado despierta lento y con una pequeña muestra de fútbol (si es que Don Elías me permite llamarlo así) la pichanga respectiva sirve para matar la caña y algunos vuelven a empinar el codo desde temprano. Los walkers pasaron piola y deambulan entre el carrito de completos y el stand de mote con huesillo. El rock continúa en breve y todos apuestan a que será de tiro largo.
Continúa «Lexbreakers» y todo su power blues desde Talca, la música suena fuerte y clara y las cabezas comienzan a agitarse al ritmo de sus temas originales, cargados al desamor y a la vida del rockero. Buen hilo conductor entre tema y tema, hay un buen discurso y la atención se la ganan y hay una voz clara que gusta y entretiene. Buen groove, esperamos su disco.
Se acaba el punk y es hora de fumar para hacer hambre. El contraste con la siguiente banda se hace evidente cuando se demoran tanto en probar sonido, el género del blues cerruco se toma su tiempo y la experiencia dicta porqué hacerlo, aún cuando el tiempo de espera es molesto para el respetable y va en desmedro del desarrollo del festival.
Ya está el «El Leyton y Los Cerrucos Blues» sobre el escenario y, tras la larga espera, al fin comienza una cátedra de blues. El bajista se roba la atención desde el momento que sube con su look desastroso, tocando a pata pelá. Hay buen feeling y la música se goza con buena cerveza, con buenos humos y con la buena compañía de aquellos colegas que se sientan a compartir avivando este festival que nace.
Nada de esto tendría sentido sin el carisma que le pone a la animación nuestro Jim Morrison de la séptima región, Carlos Soto Gutiérrez, encargado de dirigir el espectáculo, voz de la experiencia que invita a ser cuidadosos con el espacio, la manipulación de la basura y el respeto a lo que tenemos.
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