Beyond the Black- Homónimo
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Beyond the Black- Homónimo

Beyond the Black- Homónimo

sábado 26 de abril, 2025

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Escrito por: Equipo SO

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Beyond the Black: entre la fuerza del metal y la sutileza pop

Por Pablo Rumel.

Con este disco homónimo, ya cuarta larga duración, Beyond the Black continúa consolidando su lugar dentro del metal melódico moderno con una propuesta que combina elegancia, fuerza y una notable sensibilidad pop. Bajo la conducción vocal de Jennifer Haben, la banda logra articular un sonido accesible pero sólido, en donde los sintetizadores, los arreglos sinfónicos y los riffs pesados dialogan sin conflictos. Su nuevo trabajo, que oscila entre baladas conmovedoras y canciones de espíritu épico, refuerza su identidad en un terreno donde tradición y modernidad se abrazan sin perder autenticidad.

Empieza nuestro viaje con «Is There Anybody out there?», con cuerdas de cello breves y unos agudos que nos recuerdan a la talentosa Dolores O’Riordan (q.e.p.d), primer corte con una base rítmica machacante pero provista de elegancia, con rápidos punteos y un uso del doble bombo medido, marcando los acentos en el fraseo vocal de Jennifer: la artista muestra una técnica muy buena de vibrato, oscilando sin problemas entre tonos medios y más altos. Los sintetizadores amoldan el peso de la distorsión, aquello es una constante en el disco, creando una sonoridad metalera con muchos ramalazos en una línea pop, incluso con cierto toque cinematográfico que se puede apreciar ya en el arte de la portada.

Como en la canción anterior, en «Reincarnation» se mantienen las velocidades medias y el uso de sintetizadores para darle un estilo sinfónico que nos rememora a bandas clásicas del ámbito goth con frontwoman carismática, como los emblemáticos casos de Within Temptation, Evanescence o The Gathering. La voz de Jennifer siempre se oye bien arriba en la mezcla final, resaltando el trabajo de producción que logra la proeza de darle a cada instrumento el protagonismo necesario, en especial a la percusión.

A lo largo del disco oímos a la guitarra solista ejecutando pequeñas secciones con solvencia, sin salirse del marco gótico metalero-pop que propone la banda. «Free Me» es una power ballad clásica, con secciones acústicas y momentos de distorsión. La canción se entrega completamente a la voz, donde una vez más Jennifer nos regala notas sostenidas y suaves, doblando las voces en algunos versos para darle mayor dramatismo.

«Winter Is Coming» apuesta por aumentar las velocidades, con riffs más marcados e interludios clásicos adosados con acordes abiertos, sumando a teclados y coros épicos. En «Into The Light» el bajo toma las riendas, con líneas de mayor peso y profundidad, en un armazón rítmico más bailable, que se sigue mejor con los pies que con la cabeza. Es una canción movida, que incluye interludios con pequeñas atmósferas, siendo una de las piezas más destacadas del disco.

«Wide Awake» vuelve a sorprender con una balada emotiva, con mayor presencia de guitarras limpias, una canción que perfectamente pudo haber grabado una banda como The Cramberries, las líricas hablan de esos momentos duros y oscuros que todos alguna vez pasamos, y que pese a todo, siempre hay algún motivo para ponerse de pie y salir adelante.

«Dancing in The Dark» se estructura a través de una rítmica combativa, de velocidades medias y fuertes golpes de caja y riffs pesados; se trata de una canción muy folclórica que dialoga de cerca con propuestas viking y célticas, que también nos recuerdan a los Nightwish de la primera etapa. Excelente pieza musical.

¿Alguien dijo industrial? «Raise your Head», que sin ser una propuesta enmarcada en el género, tiene un arranque electrónico, con líneas de bajo notorias y guitarras con afinaciones bajas. Excelente pieza que no desentona para nada con el arte general del álbum. «Not In Our Name» sigue en la línea de las primeras canciones, optando por una fórmula de Bella y la Bestia, voces graves y altas, incluso con algunas líneas rapeadas, intercalando parajes acústicos con aires country: la canción está lograda, no es una pasta de mil sabores, la dirección compositiva está muy bien demarcada, lo que redunda en una propuesta que no rompe su unidad.

«I Remeber Dyng» es el cierre, una canción con un aire muy litúrgico (ya el título de la canción lo dice todo), pero como liturgia pagana, con una atmósfera de bosques, auroras boreales y lagos profundos que se pierden entre criaturas mágicas y brumas ancestrales. El uso de instrumentos de viento, a cargo del músico invitado Sandro Friedrich, colabora en darle el toque místico que la canción demanda.

Con este álbum, Beyond the Black demuestra su madurez compositiva y su habilidad para transitar entre distintos matices emocionales sin fracturar la unidad del conjunto. Desde los pasajes más suaves y melancólicos hasta los momentos de mayor potencia y energía, el disco se siente como un viaje cuidadosamente construido. La voz de Jennifer Haben, siempre al frente, es el hilo conductor que da coherencia a un repertorio que, aunque variado en texturas, mantiene una clara vocación por el dramatismo y la melodía. Un paso firme que consolida a la banda como una de las propuestas más versátiles y emotivas dentro de la nueva ola del metal europeo.

 

 

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