Escrito por: Equipo SO

• Delta
• The end of philosophy
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• Mylodon Records
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Poco es lo que se puede decir sobre Delta que no se haya dicho ya, una de las pocas bandas chilenas y quizás a nivel latinoamericano, que puedan presumir en su currículo el haber sido teloneros de Stratovarius, Symphony X, Dream Theater entre otros monstruos del metal progresivo y sobrevivir rozagante a la experiencia sin ningún rasguño, además de poseer un incondicional ejercito de fans, que los apañan sin duda alguna en todas sus presentaciones por todo el territorio nacional.

Y que se puede pedir de la banda liderada por Benjamín Lechuga, después de su exitoso segundo DVD “Virtual Live” (2011), aclamado por la crítica especializada y por el público en general, bueno, nada menos que quizás perfección y virtuosismo al por mayor, y estos genios nos traen su nueva placa “The End Of Philosophy” (2013) con un nivel de composición y producción dignos de los mismísimos Dream Theater.

Al escuchar el primer tema de los once que componen la placa, “The End Of Philosophy”, hace resaltar inmediatamente los niveles de madures vocal que presenta Felipe del Valle, manejando registros tan diversos como las subidas y bajadas de una gran montaña rusa, y aún así, impregnar de un feeling a la pieza que sólo los grandes cantantes de este género podrían lograr destacando por sobre cualquier virtuosismo instrumental. En “New Philosophy”, una pieza digna de ser el single promocional por sus ritmos pegajosos y coros que enganchan al primer momento, el premio se lo lleva Nicolás Quinteros con un magistral manejo de los teclados, que lleva esta composición a nuevos niveles gracias al manejo de vertiginosas escalas y ambientaciones estupendas.

Tan sólo basta con escuchar “No More” y “Darkened Skies”, para darse cuenta que los chicos de Delta tienen muy en claro qué es lo que se esperaba de ellos y lo que sus fanáticos querían escuchar en esta nueva placa. Y ejecutan como una maquinaria bien engrasada ritmos apabullantes, con extraordinaria sincronías entre los miembros y en ese sentido, el desempeño del grupo es impecable con líricas de alto calibre. Benjamín Lechuga es una verdadera eminencia de la guitarra, y piedra angular de la banda, que da el cuerpo al sonido del grupo, con el protagonismo justo y sin excesos. Una mención especial se la lleva Marcos Sánchez, que quita parte de la predictibilidad de este tipo de producciones con sus slaping desafiantes y haciendo la mayor parte del tiempo al batero Andrés Rojas su cómplice habitual, quien cumple con creces su tarea de llevar el ritmo con su característica y demoledora percusión.

Por momentos el disco baja su intensidad con temas como “Frozen Heart”, “Fear Syndrome” y “Farewell” con ambientaciones más épicas y apoyados con colaboraciones tales como las de Gabriel Hidalgo (Ex -Six Magics) y Andrés Walker, recordando por cierto momento a agrupaciones tales como Pink Floyd, Helloween o al mismísimo Yngwie Malmsteen en su sonido más puro, cosa que a veces pesan en contra de los Delta, ya que pierden parte de su propia identidad sonora.

Los riffs demoledores vuelven con “Like A Man” donde cualquier mosher agradecerá en sus conciertos estos ritmos para danzar de manera tribal y violenta, adosado de coros brutales que hará explotar sus gargantas. Los dos últimos temas de la placa “Bringers Of Rain” destaca el duelo lirico entre de John West(Artension) con Felipe Del Valle y “Why Are You So Far” un remake del tema de “Apollyon Is Free”(2004) con tintes profundos y épicos, pero por momentos la extensa duración de ambas composiciones, juegan en contra para aquellos que no son seguidores incondicionales o estén habituados a la música neoclásica progresiva.

Delta cumple a cabalidad con lo que todos esperaban de ellos en el disco “The End OF Philosophy” (2013), un LP repleto de grandes canciones, exquisitos y mágicos sonidos, explosivos riffs y ritmos apabullantes, en pocas palabras, quizás es la representación perfecta de lo que debería ser el heavy metal progresivo, y un disco por sobre el promedio de los producidos por bandas nacionales, pero por momentos pecan de predictibilidad a nivel compositivo, cosa que no es nada grave, pero de cierta manera, Delta tiene todo lo necesario para hacer su propio sonido y romper los esquemas prestablecidos en el género, transformándose en fuente de influencia para nuevas generaciones de músicos y no solo seguir los caminos ya recorridos por otros antes que ellos. 

por Pablo Franco