Fiskales Ad Hok «Fiesta» (1998)
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Fiskales Ad Hok «Fiesta» (1998)

Fiskales Ad Hok «Fiesta» (1998)

martes 03 de octubre, 2017

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Escrito por: Equipo SO

  • Fiskales Ad Hok
  • "Fiesta" (1998)
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Corría 1995 en un Chile que de a poco se libraba de los demonios de la dictadura, un buen caldo de cultivo cultural para la creativa generación de bandas chilenas de la época que vio llegar más oportunidades. Las discográficas multinacionales invirtieron buena plata en este mercado emergente y el fenómeno incluso tocó a Fiskales Ad Hok, quienes firmaron con el sello BMG para editar su tercera obra, “Traga”. Aunque fue útil la difusión a nuevas audiencias y mostraron un progreso en su sonido con un gran disco, la experiencia los dejó podridos del control del sello. Así, en 1997 armaron la Corporación Fonográfica Autónoma para manejarse bajo sus propias reglas y ayudar a otras bandas con su iniciativa. El resultado de este experimento punk fue “Fiesta”, álbum que plasmó la violencia creativa de la banda y que consagró a Fiskales con una obra destacada en la discografía nacional, tanto por sus letras como por el acabado de la composición musical. A casi 20 años de su lanzamiento, se siente más actual que nunca.

Con 15 canciones que son una patada directa a la cara, la placa expone visceralmente los sentimientos que florecían en los noventas: rabia, decepción, desengaño y alienación se mezclaron con la energía y convicción de luchar contra la maquinaria capitalista, que esclaviza aún en democracia. El primer golpe para despertar es “Caldo E Caeza”, una hirviente masa de guitarras difusas con la voz de Álvaro España inyectándose en el cerebro con gritos de revolución mental. “Campanitas” vibra con punk rock de coro melodioso, aunque detrás la mezcla es oscura y espesa: “hay que botar muchas cabezas para que florezca mi jardín” parece la metáfora de una nación que se pierde tratando de cambiar, destruyendo y construyendo una identidad de cartón mojado.

El tema homónimo, “Fiesta”, refleja la desconfianza y el miedo de vivir rodeados de mentirosos, traidores sin respeto por su propio pueblo. Una perfecta analogía del Chile fracturado por una enfermedad que se arrastró por las sombras dejándonos traumados, sin fiesta que celebrar mientras los monstruos siguen impunes. Sigue “Odio” que, aunque es bastante literal, con su coro de ascendente rabia suena tan sincera y real que sale del cliché punk. “Tan Fácil” tiene una brevísima línea de bajo a lo trompeta que anuncia una tormenta furiosa de rock, apuntando a los que comulgan con dios y se hacen los huevones con los despreciados por la sociedad que tanto custodian con doble moral.

“Este tiempo es nuestro y los vamos a hacer recagar”, anuncia la corta y sincopada “Gracias”, un burlón agradecimiento que es más una advertencia. “Gordo” parte con un pegajoso coro sobre el típico “amigo” que gusta de jalar hasta quedar irreconocible y enfermo, un fraude que se siente dueño del mundo en su cerebro. Aunque Fiskales sea una banda de punk (o por lo mismo), saben reconocer cuando los excesos pasan la cuenta. “Lorea Elvis” entra muy relajada para después escupir una oda al rocanrol y sus virtudes como escape, un mambo rock del borracho contento de no tener que soportar lo que es vivir aquí. Tal vez por eso el rey desapareció…

“Al Puerto”, tema con ritmos más dinámicos, es una animada pero depresiva canción sobre ir a perderse a Valparaíso y revolverse el mate con un vino frente al mar. “Ponk”, cantada por Víbora (el argentino de la guitarra) tiene colores de punk trasandino que son influencia ineludible. “La Mancha Del Jaguar” es uno de los altos momentos del álbum, relatando el círculo vicioso del crédito de plástico que atrapa a miles de familias a las que se les vendió la felicidad en cuotas. La letra de “quiero llegar tranquilo a fin de mes, riéndome con mis amigos de las cosas que nunca vamos a tener” resume la sencilla ambición que puede liberarnos de esa trampa.

“Cuando Muera” no dura ni un minuto con el humilde deseo de celebrar cuando muriera Pinochet (y que ahora renovamos para que se muera la vieja). “Incoherencias” es un desahogo para gritar y empujar a todos lados, ideal para el fin de un día cuando no queremos ser ni saber más. “Resistiré”, cover de la popera canción de los españoles Dúo Dinámico, toma forma de grito de supervivencia y pese a que la melodía de guitarra respeta la versión original, el bajo de Roli Urzua y la disonancia del fondo dan el tono oscuro que hizo este tema parte del repertorio de Fiskales. “La Cumbia Del Pancho” es una pachanga piante a modo de cuento corto que cierra el disco con humor, medio en broma – medio en serio.

Sin ser evidentemente temático ni tomarse a sí mismo muy en serio, el álbum no puede evitar ser un reflejo de su época, una de la que no podemos escapar aún. Una fachada de celebraciones mientras nos cagan por detrás, engaños de alegría con muchas víctimas de la fe y el exceso, los traumas de todo un Chile que después de casi 20 años no puede tener su fiesta sin los parásitos que quieren controlarnos.

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