Slipknot – The End, So Far (2022)
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Slipknot – The End, So Far (2022)

Slipknot – The End, So Far (2022)

miércoles 19 de octubre, 2022

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Escrito por: Felipe Gonzalez

  • Slipknot
  • The End, So Far (2022)
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Si hay un grupo que ha pasado por las de Quico y Caco, ese es Slipknot. Muchos grupos enfrentan momentos difíciles durante sus carreras, pero los de Iowa han sorteado pruebas complejas. Y, aun así, se mantienen con ganas de seguir lanzando nuevos álbumes.

“The End, So Far” es el último cartucho, el número siete de su historia. Último también que grabaron bajo el alero de Roadrunner Records, poniendo fin a esa fantástica sociedad, fértil desde los inicios del grupo allá por 1999 con el lanzamiento del disco homónimo, trabajo que les abrió las puertas del metal de par en par.

Todo empieza con “Adderall”, una de las canciones más extrañas en la discografía de Slipknot. Cierto es que el recurso de aperturas disruptivas son algo común en la carrera del grupo, esta fue un paso más allá. Es rara, en el sentido de que se piensa si será el disco correcto o no, pero sí es Slipknot. La canción que abre el disco es una gran canción, una apuesta audaz que funciona, dando una cálida bienvenida y preparando al oyente para lo que viene. Es, quizás, el punto más resonante del álbum (por lo original y porque se da por descontado que el resto está dentro de los márgenes conocidos de Slipknot). “Adderall” genera incertidumbre, pero rápidamente queda todo aclarado.

Después, aparece con furia ese Slipknot que todo el mundo conoce o cree conocer. «The Dying Song (Time to Sing)» y «The Chapeltown Rag» son un combo capaz de lanzar al suelo a cualquiera. Le sigue “Yen”, otro buen corte, que, combinando calma y potencia, mantiene arriba la intensidad. Es otro de los puntos altos. No por nada, estas tres canciones fueron lanzadas como singles. Tras escucharlas, un seguidor clásico del grupo ya podrá respirar tranquilo.

Otros tracks muy del sello de Slipknot son “Hivemind”, “Heirloom” y “H377”; no harán más que establecer que, pese al paso de los años, el grupo no ha perdido ese sonido tan característico. Y, otra vez, el seguidor clásico estará tranquilo. Incluso, para el que no los conoce mucho, también será una grata experiencia. Sin embargo, esa estabilidad no está presente todo el tiempo y hay momentos más flojos, pero nunca al nivel de tirar todo al tacho de la basura. Sólo son momentos.

A pesar de esa flaqueza, este nuevo trabajo de Slipknot tiene una gracia: sabe lidiar con los polos sonoros opuestos (“Adderall” o “Finale” con “H377”, por citar algunas). Ambos contrastes, muestran la actual capacidad del grupo de moverse en diferentes capas sonoras, esfuerzo que dota a Slipknot de un mayor repertorio musical. Sin dudas, ahora dominan un mayor espectro de opciones, tienen más cartas en la mano y las están utilizando.

Dominando esas nuevas facetas en su sonido, Slipknot apostó a ganador en su séptimo álbum. Con el fin de su relación con Roadrunner, el futuro depara quién sabe qué. Lo cierto es que este hecho marcará la carrera de la banda, un grupo que ya transita por la adultez, que está consagrado y, desde ese escalón, puede aventurarse dónde ellos crean conveniente.

Lo más estimulante de “The End, So Far” es confirmar que Slipknot sigue vigente, sigue teniendo ese ADN furioso y agresivo, pero ya desde una mirada más adulta, más reflexiva. Es verdad: se acabó un capítulo del cuento, pero no se acabó el cuento.

 

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