La Vieja Escuela: una cultura rock en resistencia
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La Vieja Escuela: una cultura rock en resistencia

La Vieja Escuela: una cultura rock en resistencia

miércoles 17 de julio, 2019

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Escrito por: Equipo SO

La idea de Pucón en la mente colectiva es la de un destino del turismo aventura ABC1 en la hermosa Araucanía, donde se puede esquiar en la nieve o en el Lago Villarrica, matar horas en la playa y después “ir donde van todos”, a una de las fiestas (ultra) bailables que se hacen en los pocos locales que hay. Extranjeros y/o deportistas derretidos en M siguen el ritmo por inercia, usando todos los sentidos menos el oído.

Enclavados en ese ambiente, dos músicos con su banda de rock se cansaron de buscar dónde tocar y, luego de 8 meses de planes serios, inauguraron en diciembre de 2014 “La Vieja Escuela”, un bar creado para compartir la experiencia de ver música hecha en vivo. Tomás Trucco y Vipe Schindler, el primero baterista y el segundo la voz con guitarra de Metakiase, pasaron a ser dueños del escenario y han armado tocatas, invitando bandas de la zona y de otras regiones dando espacio al metal, al blues y varios estilos más. Es, prácticamente, el único bar de su tipo en la zona.

Actualmente, Trucco, con 33 años, es el único que sigue al mando del negocio después de que su compañero le cediera su parte para enfocarse en sus cosas, entre ellas el nuevo disco que piensan sacar en el futuro próximo con Metaka. Mientras, el bar sigue abierto como parada obligada de los grupos que planean giras hacia la IX región.

Sonidos Ocultos: ¿Cómo fue cambiando la idea inicial hasta lo que es LVE ahora?

Tomás Trucco: Era para las bandas en un principio y de ahí empezamos a abrirnos a lo cultural, haciendo fiestas, teatro y stand up comedy. Personalmente, estoy yendo para ese lado de ser como una casa o centro cultural para Pucón, haciendo todo tipo de eventos, aunque tratando de hacerle el quite a todo lo que son las ultra bailables, a veces tienes que hacerla.

Lo único a lo que no accedemos es a traer bandas tributo, por principios míos. Acá lo hace el Casino Enjoy, que tiene un centro de eventos, así que los que quieran escuchar un tributo, está esa hueá.

SO: Como músico, ¿qué consideraciones tuviste con el sonido y el escenario?

TT: Nos fuimos a una tienda específica y compramos todo lo que necesitábamos, de una. El Vipe tiene el Tugurio, que es un bar restaurante y copiamos la parte de adentro, donde se hacen los eventos. Es de hecho donde ensayamos con Metaka, pero lo quisimos hacer mejorado, habilitando un sector para tocatas que hace entre 250 y 300 personas, que fue lo que metieron Los Tetas una vez.

Yo prefiero meter menos, porque con más empiezas a tener problemas de ventilación, el aire acondicionado se hace mierda y la gente se sofoca. Otros hueones meterían 350 personas, pero prefiero que sea cómodo. Uno mismo está hueveando ahí, entonces te das cuenta de que es desagradable para todos.

SO: ¿Cómo se mueve el público y las bandas allá, donde dependen mucho de las temporadas?

TT: Para un microempresario, es malo porque tienes sólo 3 meses buenos, de diciembre a febrero. En las vacaciones de invierno prende un poco, pero debe ser un tercio de la gente que viene en el verano. El fuerte siempre es en febrero, cuando vienen todos de Santiago y más al norte, ahí se llena de fiestas, vienen DJ’s y bandas, etc. Pero después acá hay casi puros turistas extranjeros, que vienen a hacer deporte y no quieren carretear.
Ese tema es muy difícil, por eso es que me tuve que abrirr a hacer fiestas y asociarme con otras productoras. Lamentablemente, traer bandas de Santiago, aunque sean amigos y me cobren sólo los pasajes, me salen $300 mil sólo en eso, además de costear comida y alojamiento, habiendo veces en que no se venden ni $200 mil en entradas. Entonces, se hace imposible luchar contra esa hueá, los rockeros en Pucón y Villarrica son pocos.

SO: No sale muy a cuenta. Entonces, ¿cómo lo haces funcionar?

TT: Hacemos el esfuerzo por dar fechas a los músicos de acá, mientras que en verano me la puedo jugar con traer bandas, pero más que nada por placer, para verlas uno y por estar chato de las fiestas. ¿Pero para ganar plata? No, no da. Para Criminal, por ejemplo, que yo pensé podían llenar por ser primera vez que venían en la historia, llegaron 180 personas.

Con los Fiskales Ad Hok fue distinto, ahí nos fue bien. Acá hay más punkis que metaleros, igual hay público bluesero o que les gusta el rock antiguo, pero son hueones más grandes y van con cuea una vez al mes. Esos aparecieron cuando traje a Aguaturbia, gente de 40 e incluso 50 años.

SO: Entonces es un desafío constante y aún por solucionar…

TT: La única manera de ganar ese desafío es meterle 40.000 culiaos más a Pucón (risas). Mira, en un momento con el Vipe pensamos en hacer la hueá en Santiago, porque allá nos iría mejor. Pero ahí no estábamos regalándole algo a esa ciudad, que ya tiene bares de esa onda, mientras que acá no existía un lugar para que las bandas tuvieran un escenario y tocaran en vivo.

Eso es lindo, por eso quiero que la hueá siga funcionando, aunque es una pelea contra la pared. Mucha gente acá en Pucón lo agradece, personas a las que les gusta la música, les importa cuando viene una banda y te dicen “jamás pensé que iba a ver acá a estos hueones”.

SO: ¿Cuáles han sido conciertos para el recuerdo en el local?

TT: Cuando vino La Bersuit con su gira de 30 años, creo que fue lo mejor, sinceramente. Para Los Tetas también fue muy exitoso, era la primera vez que venían y tuve que cerrar de lo lleno de gente. Aguaturbia, con la Denise que dejó la patá, Los Peores de Chile, que ya son de la casa, Fiskales Ad Hok, El Cruce, también estuvo bastante bueno, Criminal que en lo musical fue la raja.

Las hueás reggae también han pegado harto, cuando vino Alika le fue muy bien. De hecho, ahora viene Quique Neira y creo que va a venir harta gente.

Y de bandas más de amigos, para mi cumpleaños me di el lujo de celebrar invitando a Dekapited y Nuclear, esa tocata estuvo chacal. Turbo Diesel, Yajaira, Hielo Negro, Los Fuck You, Las Póker de Colombia y los cabros de Dezaztre Natural, que siempre que vienen dejan la cagá.

SO: ¿Qué consejos le darías a las bandas que se quieren embarcar a hacer una gira al sur?

TT: Desde mi perspectiva, como dueño de local no me conviene cuando los cabros sacan fechas en Temuco o Villarrica, porque es la misma gente ya que es cerca y eso nos juega en contra a todos. Cuando las bandas vienen de Santiago, les dijo que se tiren para Curicó, Talca, Chillán, Concepción, Valdivia y Osorno. Son buenas paradas para ellos.

SO: Sobre la relación entre un local y el grupo, ¿cómo te parece que debería ser?

TT: Creo que, por parte del productor o dueño del local, tiene que tratar de brindarle el mejor trato posible. Ya sea con un buen sonido, atención y alojamiento, para que se vayan con una experiencia positiva. Desde la banda creo que es un poco lo mismo, que haya humildad y se preocupen también de dar un buen show a los asistentes, no dolores de cabeza al local o a la producción. Que se trate de cumplir lo pactado en el trato y que ayuden con la difusión de sus eventos por sus redes, sea donde sea que toquen.

SO: Por último, ¿qué planes tienen para el futuro de LVE?

TT: Hemos postulado a algunos fondos para hacer mejoras, pero la verdad no nos ha ido bien por ese lado. También estamos gestionando reuniones con tiendas de audio para que sean auspiciadores. Nos gustaría mejorar el sonido, porque se me han roto algunas cajas, ojalá renovarlas porque he gastado harta plata en arreglos. Mejorar las luces también, dejar un buen escenario.

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