Ozzy Osbourne: Un brummie en la cima del mundo (Parte 1)
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Ozzy Osbourne: Un brummie en la cima del mundo (Parte 1)

Ozzy Osbourne: Un brummie en la cima del mundo (Parte 1)

martes 05 de octubre, 2021

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Escrito por: Francisco Quevedo

“14 Lodge Road, Aston, Birmingham” para usted quizás no signifique nada. En realidad, no tiene por qué diablos representar algo. Sin embargo, en esa dirección nació y vivió parte de su vida John Michael Osbourne. “Ozzy” para su familia, amigos y el mundo. Ahí comenzó la historia, esa de éxito, caídas, anécdotas y mitos; la leyenda viviente del “Príncipe de las Tinieblas”.

Aston, la cuna

Osbourne nació el 3 de diciembre de 1948 en un barrio obrero, de clase media inglesa y en los alrededores del estadio Villa Park, casa del club Aston Villa, del que es hincha. Ahí, Ozzy, apodo con el que fue bautizado en el colegio, vivió su infancia. Su padre, “Jack”, era trabajador de la General Electric y su madre, Lilian, también trabajaba algunas jornadas en una fábrica. Osbourne era el cuarto de seis hermanos. La vida de la familia Osbourne era el reflejo de miles de familias inglesas que vivían de la faena industrial. «Te voy a decir una cosa. Volver después de todos estos años (a su casa) fue una experiencia muy rara. Cuando eres pequeño todo te parece enorme. Piensa que, en esa casa, estábamos, yo, mi padre, mi madre y mis cinco hermanas y hermanos, éramos ocho en casa. Es muy pequeña y me hizo pensar en cómo narices conseguimos salir adelante», ha reconocido Osbourne en entrevistas. En la actualidad, el dueño de esa casa arrienda la habitación de Ozzy en 400 libras la noche.

Su etapa escolar estuvo marcada por su dislexia y por los abusos sexuales que sufrió por parte de “matones” del mismo colegio. Además, tuvo problemas de atención y aprendizaje. Sin embargo, desarrolló su faceta artística participando en obras teatrales.

A los 15 años, abandonó el colegio para dedicarse a todo tipo de trabajos informales: aprendiz de fabricante de herramientas, afinador de bocinas y hasta ayudante en un matadero. También las hizo de delincuente pasando seis semanas en la cárcel de Winson Green. Su padre no pagó la multa para que este hecho fuera una lección para su hijo.

Un árbol que se ramifica hasta hoy

The Beatles fue la banda que abrió la puerta de la música en la vida de Osbourne. Es un grupo que lo influenció al punto de declarar que gracias a ellos se dio cuenta de que quería ser una estrella de rock toda su vida.

En 1967, el joven Ozzy tenía 19 años y fue reclutado por Terence Michael Joseph «Geezer» Butler como vocalista para su banda Rare Breed. El proyecto no duró más que algunas tocatas. En ese instante, se cruzaron los caminos con Anthony Frank Iommi y William Thomas Ward cuando se unieron al grupo de estos últimos (Polka Tulk Blues). Cambiaron su nombre por Earth, pero tras ser confundidos con otra agrupación tomaron el nombre Black Sabbath de una película del mismo nombre. Esto ocurrió en agosto de 1969 y bueno, el resto es historia. Y de las grandes.

La estética de Black Sabbath rompió con lo conocido hasta ese momento. La combinación entre letras oscuras y un sonido pesado aletargado fueron las raíces de un árbol que creció y que se ramifica hasta hoy. “Black Sabbath” fue una de las primeras canciones compuestas que respondió a esta corriente y que surgió de una visión que tuvo “Geezer” Butler al leer un libro de oscuritismo.

El disco homónimo lanzado en 1970 lo grabaron en tan solo dos días. Fue un éxito en ventas, pero no lo fue así para la crítica. Su siguiente disco “Paranoid”, del mismo año ‘70, los catapultó y afirmó en el éxito. En ambos trabajos se cimentó el sello musical de Black Sabbath: letras oscuras describiendo al ser humano y sus vaivenes existenciales relacionados con drogas en algunos casos (Paranoid, Black Sabbath, Fairies Wear Boots), entremezcladas con críticas contingentes (War Pigs, Electric Funeral) de la época. Todo sumergido en un mar sonoro denso, a veces galopante, a veces pausado, a veces fluido, simplemente siendo Black Sabbath. Ozzy, que si bien nunca ha sido un connotado cantante (en cuanto a técnica se refiere), alcanzó niveles de excepción patentando un estilo único gracias a su acento brummie, su carisma y su despliegue escénico. Este estilo ha marcado escuela en generaciones venideras. No sólo fue la voz de la banda…no, Ozzy marcó la historia con su forma de enfrentar al mundo, ya fuese sobre el escenario o fuera de él. Su modo de encarar la vida siempre ha hecho noticia.

Post “Paranoid”, vino “Master of Reality” (1971), con clásicos como Children of the Grave, Into the Void o Sweet Leaf; “Volume 4” (1972), aportó con Snowblind, Supernaut o Cornucopia, y «Sabbath Bloody Sabbath” (1973), entregó las eternas A National Acrobat o Killing Yourself to Live, por citar algunas. Los aplausos se multiplicaron y se expandieron por el mundo. Esta trilogía los encumbró a lo más alto, aunque los costos para lograrlo fueron excesivos y, a fin de cuentas, comenzaron a sellar el destino de Ozzy y los demás integrantes de la banda. El sonido crudo y las letras aludiendo al consumo de drogas continuaron marcando la tónica y, de paso, a la fama de la agrupación y sus integrantes. De hecho, “Sabbath Bloody Sabbath” recibió innumerables críticas positivas.

“Sabotage” de 1975 fue también un gran trabajo y por el que nuevamente fueron aclamados y lograron buenas ventas tanto en Reino Unido como en Estados Unidos. Este disco dejó emblemas como Hole in the Sky, Symptom of the Universe o Am I Going Insane. Sin embargo, la relación interna del grupo estaba trizada, situación que se volvió insostenible hacia fines de la década de los setenta. Tras la publicación de “Technical Ectasy” en 1976, la situación no resistió más, al punto que Ozzy abandonó la agrupación en 1977. ¿Los motivos? El abuso de alcohol y drogas y la muerte de su padre.

A pesar de todo, Ozzy volvió al grupo después de un breve tiempo para trabajar en un nuevo disco, álbum que titularían “Never Say Die!” y que salió al mercado en 1978. Pero las cosas no funcionaron bien. El disco no logró los resultados esperados y la gira de promoción fue un desastre, según consignan reseñas de la época.

Finalmente, la primera estadía de Ozzy en Black Sabbath llegó a su fin el 27 de abril de 1979, cuando sus compañeros lo expulsaron debido a que su estado era impresentable y su adicción al alcohol y las drogas era superior a la del resto de la banda. Resulta casi imposible imaginar los niveles de consumo que habrán tenido los miembros de Black Sabbath como para llegar a esa determinación. «No pensamos en darle otra oportunidad. Llegamos un momento en nuestras vidas en el que todos nosotros habíamos llegado lo más lejos que podíamos aguantar. Lo cierto es que Ozzy no estaba en condiciones de hacer nada, creo que había perdido interés en ello. Lo único que había era más alcohol y más drogas, aunque eso para todos nosotros, no era solo Ozzy. Él, sin embargo, era al que peor le había sentado. Creo que lo que él quería era no seguir haciendo música, al menos durante un tiempo. Cuando llegamos a vernos en esa tesitura, sucedió lo inevitable. O lo dejábamos o continuábamos con otro cantante», lo explicó Iommi en posteriores entrevistas varias décadas después.

Ozzy quedaba a la deriva, deambulando junto a la carretera de la fama.

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