Dark Funeral «(1994) : El año que abrió las puertas»espera un momento...
lunes 10 de marzo, 2025
Escrito por: Equipo SO
Por Claudio Miranda.
No se puede entender el black metal sin 1994. Un año clave en la expansión imperial del género, en base a trabajos hoy emblemáticos y todos determinantes en la identidad de un (sub)género marcado por la distorsión hacia lo extremo, el tratamiento lo-fi en el estudio y el acento en la atmósfera. Mayhem, Darkthrone, Emperor, Satyricon, Carpathian Forest… Todos nombres hoy fundamentales en el auge del género, en algunos casos llevando el asunto a un estilo de vida (y muerte), adjunto a la edición de placas que denotaban el hedor que dichos nombres respiraban y exalaban hasta lo radical.
1994 también señala el estreno en sociedad de una banda originaria de Estocolmo. A los primigenios Marduk, Lord Belial y Dissection, se suma un nombre cuya Opera Prima se bastaría de poco más de 15 minutos para desplegar todo su talento creativo. Y es que Dark Funeral, a través de su EP homónimo, ya trazaba una firma cuya distinción quedaría grabada a fuego durante las siguientes décadas.
Puede que hoy no sea tan llamativo, pero los 16 minutos y 34 segundos que dura el EP homónimo, a pesar de la brutal distancia de minutaje respecto a sus secuelas de larga duración (todas promediando los 40 minutos), se bastan para confirmar el principio básico de dicho formato. Es la medida justa para desplegar un poder enorme y devastador hasta el último surco. A la vez, la captura fotográfica -y sónica- de un momento preciso y único de creatividad. Y Dark Funeral, en este capítulo inaugural, vaya que derrochaba en su conjunto todo aquello que sería optimizado a lo largo de su catálogo.
Después de más de 30 años, el arranque con «Open the Gates» sigue, valga la redundancia, abriendo caminos hacia lo prohibido. La producción a cargo de Dan Swanö, fundamental al momento de encaminar a una banda de adolescentes hacia un nivel de creatividad y ejecución con jerarquía de veteranos. Guitarras rápidas y, al mismo tiempo, dotadas del gusto melódico suficiente para traspasar al redondo los momentos propuestos desde la misma escritura. Un comienzo arrollador que en la siguiente «Shadows Over Transylvania» apunta hacia la generación de atmósferas y la extensión de las voces hacia el gran abismo (el de arriba). Es el desarrollo de la textura lo que le da a Dark Funeral, desde sus inicios, un distintivo que en sus trabajos posteriores lograría un nivel superior.
Si bien la velocidad es un factor de vital importancia en el black metal, «My Dark Desires» es una muestra de equilibrio en favor de lo que importa. Mientras Darkthrone apuntaba hacia la crudeza extrema y Emperor consagraba desde el inicio su proyección musical, Dark Funeral marca un punto ecuánime entre ambas posturas. El resultado es una pieza solemne y abrasiva. El sample con la voz del célebre asesino y líder sectario Charles Manson hacia el final, le añade a la pieza un valor extra de peligro que se condice con la «plegaria» que Thermgoroth vocifera con la convicción de un psicópata.
En la estación final del mini-álbum, «In the Sign of Horns» detona el temple inmisericorde de lo que debe ser el black metal desde la tripa. Un broche dorado para un trabajo que se basta de lo mínimo en recursos de producción y el máximo en el propósito de original del metal extremo: destruir el mundo y barrer con toda señal de esperanza para la humanidad. No hay doble intención ni truco, es lo que se obtiene por parte de una agrupación que sumerge la cabeza en las mismas cloacas que sus compatriotas o las huestes provenientes de Noruega.
Con todas las mejoras que ofrece su versión re-grabada -editada el año recién pasado-, el engendro del ’94 en su forma original encapsula todo lo que era el black metal en el corazón de los ’90s. Lo importante del propósito y lo que podías generar, antes del recurso tecnológico y la actualización. Y la simbiosis de una alineación irrepetible, con Lord Ahriman Hoy como único fundador sobreviviente de una época legendaria. Thermgoroth y Blackmoon –fallecido en 2013- continuaron hasta el LP «The Secrets of Black Arts«, mientras que el baterista Draugen, poco después de grabar el EP, se hizo un espacio en Svartsyn, banda en la que permanecería durante 15 años y registraría siete trabajos en estudio.
Dark Funeral, en el ’94, puso la primera piedra de lo que hoy es una institución suprema del black metal. Lo hizo en base a una idea, moviéndose en el mismo hábitat desolador que otros nombres reveladores durante ese año. Y su EP homónimo tiene todo lo que señala el linaje desde su raíz. Equilibrado, orgánico. Lacerante como el viento polar, con la vitalidad propia de un estilo que no ha transa en lo absoluto su integridad. Y se basta de una duración breve en minutos, pero suficiente para establecer la vastedad de una firma que nos permite cruzar el umbral de los deseos oscuros.
Este artículo ha sido visitado 8 veces, de las cuales 1 han sido hoy