Saavedra – Micromundo (2019)espera un momento...
jueves 18 de abril, 2019
Escrito por: Equipo SO
Tras un prolongado silencio discográfico desde la publicación de su debut ‘Perspectivas (2010)’, el cantautor Gonzalo Saavedra regresa a la escena nacional con ‘Micromundo’, un disco autogestionado que llega con la premisa de rememorar aquel rock chileno de antaño; eléctrica y melódicamente guitarrero, con letras que fijan la mirada en la actualidad y, de paso, rindiendo honores al “renacer” de la música chilena durante la década de los noventa.
‘Micromundo’ inicia con la canción homónima, una narración urbana con base en toques de pop, juegos de guitarra, coloridos teclados y la nítida voz de Saavedra. El cierre intrigante de este primer tema da paso a “Sálvate”, melodía que trata sensiblemente el tema de la autoestima, específicamente la pretensión de salvación de uno mismo. Hay un excelente juego con las intensidades y los crescendos en las capas melódicas de la guitarra y la voz, las cuales se echan al hombro la estrofa a modo de preparar el terreno para explotar en un sólido coro.
A lo largo del disco, los cortes musicales se organizan y expanden, liberando suaves tintes en “El Faro”, tema romántico que trata acerca del sentimiento y un emotivo paisaje. La misma tonada en la percusión abre a “Nadie está solo”, un lado roquero, amoroso y experimental. La música va subiendo de nivel, sin dejar la línea del álbum, llegando al éxtasis en el coro. Una gran melodía para destacar.
“Algo de mí”, una canción potente, reflexiva y jugada, donde sobresalen una guitarra envolvente y el poderoso bajo que marca su presencia junto a la destacada voz de Gonzalo Saavedra. Luego llega el rock alternativo con fortaleza e identidad de “Un segundo más”; la atractiva mezcla entre las tonadas y coros potenciados por los riffs amplifican las temáticas de desamor y, al mismo tiempo, de esperanza… Ese suspenso que te deja con gustito a más hace llegar a la tranquilidad de “En el mar”, canción que expresa el viaje en búsqueda de un camino. Este es el lado “unplugged” del disco, pero que igualmente en el coro sube su firmeza para bajar en las siguientes estrofas, donde además destaca ese solo de guitarra que agiliza y crea una escena nocturna.
La anterior calma marítima se esfuma y da un giro en “Nos matan”, tonada rebelde y en protesta de las problemáticas que aquejan a cualquier individuo en contexto social; tal desazón se erige con una pronunciada densidad en los sonidos, mientras que la voz va tomando ímpetu para reforzar el mensaje de la canción. Casi al final del disco aparece la llamativa y sutilmente irónica “Por la fuerza y no por la razón”. Pop en su estilo y sentido más particular. Sin embargo, guarda una sorpresa en su coro: Saavedra se desenvuelve en una nube apasionada y sorprendente, acompañado de una guitarrita que realza su protagonismo.
El cierre con “No podemos florecer” regala sensaciones de intriga, con una omnisciente guitarra que va ingresando poco a poco. Aquí se va finalizando su historia de amor y desamor; expone lo complicado de la relación, mientras que la música lo acompaña en su máximo esplendor. Con todo, Saavedra presenta un potente álbum que alude a la fuerza del rock sin dejar de lado la calidad interpretativa. A través de numerosas influencias de diferentes movimientos musicales chilenos, el cantautor ha creado, en definitiva, un proyecto que logra formar y presentar una escena envuelta en apasionadas melodías.
(Reseña en inglés)
After a long period of silence since his 2010 debut ‘Perspectivas’, Chilean singer-songwriter and guitarist Gonzalo Saavedra strikes back with ‘Micromundo’, a self-released record that comes with the premise of paying homage to old-school, nineties guitar-driven Chilean rock & roll, focusing on melody and heartfelt lyrics about emotions and present times.
‘Micromundo’ begins with its self-titled song, an urban narrative based on pop-feelings, harmonious guitar-plays, colorful keyboards and Saavedra’s sharp and crisp vocals. The intriguing closing of this song gives way to “Sálvate”, a sensitive melody that deals with self-esteem, specifically with trying to save oneself. There’s an excellent game between sonic intensities and melodic-layers of crescendos on guitar and vocals, laying the ground to explode in the solid chorus.
Throughout the album, musical landscapes are organized and expanded, delivering soft drops on “El Faro”, a romantic song dealing about loving emotions and a tender landscape. The same tune on percussion opens “Nadie está solo”, a rock & roll-drenched side, amorous and experimental. The music escalates, without leaving aside the record’s theme, finally delivering one hell of a chorus-ecstasy. A great highlight on this album.
“Algo de mí”, a mighty, reflexive and bold song, in which a deep-sounding guitar and a powerful bass appear with a strong presence, joining Saavedra’s noticeable vocals. Then comes the alt-rock bathed sound of “Un Segundo más”; the appealing and engaging mix of tunes and choruses boosted by sharp riffs, amplify the tropes of couple unlove and, at the same time, hope… That suspense that leaves you thirsty for more, drives out to the calm seashore of “En el mar”, a song that expresses a journey in search of a personal path. Although here we are on the “unplugged” road of the album, the song’s chorus turns up the volume and then descends on the next verses, in which also there’s a worthy mention of that guitar solo, speeding up and creating a kind-of-a nocturnal scene.
That maritime peace mentioned before “disappears” and has a 180-degree turn with “Nos matan”, a rebellious tune that protests for the unrest and social problematics that affect any individual; this discomfort rises with a pronounced sonic density, while the vocals gain momentum for reinforcing the song’s message. Close to the album’s ending we see the tongue-in-cheek titled “Por la fuerza y no la razón”. Pop in its own sense and style. However, it holds a surprise in the chorus: Saavedra unwraps himself in a passionate way, joined by a starring-enhancement guitar.
The record’s closing song “No podemos florecer” gives away intriguing sensations, with and omniscient guitar that slowly drives-in. Here there’s an ending to the loving and unloving narrative; it exposes the relationship’s difficulties while music joins him in its whole splendor. All in all, Gonzalo Saavedra showcases a great effort calling upon rock’s strength without giving away musicianship quality. Through many influences coming from different Chilean musical subcultures (mainly the “revival” of Chilean rock in the nineties post-Pinochet’s dictatorship), this singer-songwriter has created a project that manages to shape and deliver a melodic-passionate scene.
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