Spiral Vortex
Cimática (2014)
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Independiente
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Desde hace un par de años que Chile se ha destacado en los difusos cielos del rock neopsicodélico actual. Si bien la idea de “escena nacional” es aún cuestionable, lo cierto es que la lisérgica inspiración ha dado origen a bandas de alto vuelo que logran un sonido fresco, manteniendo siempre el sentido de búsqueda y experimentación. Spiral Vortex es una de éstas, y “Cimática” el fruto de un fino trabajo masterizado por Chris Hanzsek (The Melvins, Soundgarden), en que el conjunto sigue explorando la onda atmosférica y viajera de su álbum debut “Maia” (2012).

Cada tema del disco crea un ambiente diferente, brillando con colores propios, por lo que esta es una obra que requiere de nuestra atención y cierta predisposición al trance para ser apreciado. Los sintetizadores y efectos de guitarra son los que dan el vuelo mental, mientras que la sección rítmica otorga fuerza y empuje al trance corporal. Un cristalino arpeggio en “Esfera Oculta” introduce la hipnosis, al son del bombo ritual y los redobles que revientan en lisérgicos cambios tonales. Sebastián Aylwin (guitarra y voz) mezcla inglés y español en su lírica etérea, y este factor que muchas veces resulta desastroso no lo es, ya que hay buena pronunciación y esta música hace olvidar hasta los idiomas. “Cimática” toma un movido ritmo con bajo fuzzeado de Max Aylwin, combinando pasajes sonoros de luz y sombra bastante intensa como para no utilizar tanta distorsión en la guitarra, con un final de pesada psicodelia y resonante voz en eco. “Nuevo Sol” es más para flotar, y agarra un veloz quiebre sorpresivo hacia bien arriba que pone entretenido el viaje. “Oniric” demuestra un elemento distintivo de la banda, en que el bajo no se queda en llevar el beat sino que hace líneas más dinámicas, más setenteras, dando el toque rock al álbum. “There’s A Light” es una sumergida en calmas y ácidas aguas, con una impecable batería a fondo que salva del letargo y mantiene la energía andando sobre el océano.

Al medio está “Loop/Sand”, una instrumental de presencia guitarrera que se extrañaba. Los instrumentos toman un rol más agresivo de trip cósmico, y se lamenta lo corto porque tomaba un interesante rumbo en escalada. Reminiscencias de acid folk se sienten en “Último Desierto” y “Disolution (Octava De Ti)”, con sintetizadores de imponente presencia que a veces opacan el trabajo de guitarra. “Ciclos De Luz” explora más atrevidamente con variados sonidos espaciales y cintas en reversa, y el solo de guitarra floydiana “En El Mar” logra su objetivo de transportar a la calma de las mareas, con un buen cierre intenso al disco.

Aunque es un disco más bien relajado, Cimática tiene un poder que reside en la capacidad de la banda de realmente transportar los oídos de quien se disponga al viaje que ofrece cada tema. No es frenético, pero sí de potentes ambientes que conforman una experiencia aún mejor en vivo, en que el trance es colectivo y más potente. Un buen álbum que gotea psicodelia pura.

Por: Matías Burgos

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