Fred Durst, en persona
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Fred Durst, en persona

Fred Durst, en persona

martes 30 de mayo, 2023

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Escrito por: Equipo SO

El vocalista de Limp Bizkit es de aquellos artistas que no tiene términos medios: es amado u odiado. Creó un personaje que combina polémica, desfachatez y mal gusto y los resultados fueron explosivos ya que con su grupo tocaron el cielo a comienzos de siglo.

Gorro rojo con la visera para atrás. Parka oscura, ancha y varias tallas más grandes. Pantalones café claro con tendencia a caerse. Zapatillas blancas, ojalá impecables. Ese look marcó una época y uno de sus mayores exponentes fue Fred Durst, vocalista de Limp Bizkit, una de las bandas más grandes y exitosas a fines de la década de los noventa y comienzos del siglo XXI.

Limp Bizkit llegó a tener tanto arrastre que músicos como Kerry King, guitarrista de Slayer, casi se retiran del circo, atribuyéndole su bajón a Durst, Wes Borland y compañía. “Me sentía realmente cansado durante un rato a fines de los 90. No podía entender por qué Limp Bizkit era tan grande. Me afectó, no quería tocar. Pensé, si este es el camino que tomará la música se va, pues f*ck this, lo odio”, reveló King en alguna entrevista.

Es que el éxito del cual gozó el grupo no es una exageración. Tampoco lo es el look de su vocalista, personaje que entró en la memoria colectiva. Lo que sucede con Fred Durst es que no existen los términos medios: o lo quieres o lo detestas. Así de simple. Puede producir indiferencia, pero es algo raro. Lo más común es que las aguas se dividan entre defensores y detractores.

Fred Durst carga con miles de cuentos, mitos y polémicas en sus casi 35 años de carrera. Toda esa maquinaria que arrastra su personaje se alimenta de su aventura al mando de Limp Bizkit, banda que, como revelamos, tocó el cielo con las manos hace más o menos 20 años atrás.

Rapero blanco nü metal alcanza la cima

William Frederick Durst nació el 20 de agosto de 1970 en Jacksonville, Florida. Desde temprana edad, Durst se interesó por la música, en especial el rap, hip hop, punk y metal. En Internet, ese vasto universo donde hay infinito material itinerante, se pueden ver videos de un joven Durst rapeando y bailando a fines de la década de los ochenta. Más que cualquier otra cosa, el registro produce gracia, ya que se conoce la historia posterior del músico.

Limp Bizkit se fundó en 1994, año en que junto a Sam Rivers y John Otto comenzaron a tocar. Se les unió Wes Borland y el cuarteto estaba listo. DJ Lethal (ex House of Pain) se sumó al proyecto y el quinteto se lanzó a la carretera. Durst fue un promotor del grupo, tratando mover incipientes influencias a la caza de la añorada oportunidad. El grupo Korn fue uno de los primeros en apostar por Limp Bizkit. Los esfuerzos tuvieron réditos ya que en 1997 publicaron su primer larga duración, titulado “Three Dollar Bill, Y’all”, el cual tuvo una recepción moderada, dejando como mayor hit el cover de “Faith” de George Michael. Hasta hoy, esa versión sigue siendo una de las canciones más reconocidas del grupo.

Sin embargo, el verdadero golpe a la cátedra llegó en 1999 cuando publicaron el recordado “Significant Other”, que fue seguido por “Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water” (2000) que reafirmó y solidificó el status que había alcanzado el grupo. Este LP es considerado el pináculo en la carrera de la agrupación, la obra maestra de su discografía. En esa época, la banda fue parte del cartel del festival Woodstock ´99, promocionado como una instancia de paz y amor, amparado en el espíritu del festival original y aprovechando la contingencia de que se cumplían 30 años desde aquel agosto de 1969. Limp Bizkit se presentó y su actuación fue incendiaria.

El episodio ocurrido en el festival de Woodstock ‘99 entró para siempre en los cuentos asociado a la banda y en especial, a Fred Durst. La historia reza que el bueno de Durst incineró a la masa con un discurso alentador que incitó y despertó las más bajas pasiones y ganas de romper todo a su paso. Todo esto sucedió antes de que el grupo interpretara el mega hit “Break Stuff”, sin dudas, uno de los momentos más recordados de ese festival. En concreto, Durst les dijo a las más de 200 mil personas que sacaran toda la energía positiva que tenían. Sus palabras se tradujeron en desmanes, destrucción y hasta agresiones sexuales. Muchos le atribuyen un gran porcentaje de culpa al desastre ocurrido en el festival de Woodstock ‘99 a Fred Durst. Es probable que haya tenido culpa, pero tanta como pudieron haber tenido los Red Hot Chili Peppers u cualquier otra banda (incluso algunos citan a Megadeth) que se enfrentaron a ese mar de gente hastiada, mal organizada y descontrolada por las inmundas condiciones a las que se vieron expuestas. Con el tiempo, los organizadores podrían cargar con la mayor responsabilidad en ese bochorno.

Fred Durst es un personaje provocador y desenfadado, pero de ahí a achacarle ese desastre total es, a lo menos, injusto. “Es fácil señalar con el dedo y culparnos, pero nos contrataron por lo que hacemos y todo lo que hicimos es lo que hacemos. Giraría el dedo y señalaría a las personas que nos contrataron”, dijo Durst a Variety. “Estábamos allí pasándola bien. Oye, todo el mundo estaba pasando un buen rato por lo que sabíamos. Esa es la verdad”, agregó en la misma entrevista. En Woodstock ´99 se combinaron varios elementos que tuvieron como resultado ese cóctel explosivo.

Tras estar en la cima del mundo, Limp Bizkit nunca más pudo hacer discos que rozaran siquiera a aquellos dos álbumes lanzados en 1999 y 2000. Ese combo nunca pudo ser igualado y la banda entró en una letanía discográfica. El lanzamiento de “Gold Cobra” en 2011 volvió a reunir a los integrantes clásicos y recién en 2021 editaron un nuevo disco llamado “Still Sucks” que tuvo críticas dispares entre los entendidos.

Detrás de la máscara

Cómo se ha expuesto, Fred Durst es un personaje polémico. Su larga lista de detractores y desencuentros con diversas figuras de la industria, entre ellos Trent Reznor, Corey Taylor, Marilyn Manson, Placebo, Eminem e incluso hasta ¡Britney Spears!, dan para un capítulo aparte. No obstante, Fred Durst no es más que un personaje inventado por Fred Durst. Él mismo lo ha declarado y está consciente de que la opinión pública asocia su persona a esa imagen. Y no hay más nada. “(…) al final del día soy Fred de Limp Bizkit. No importa lo que haga. Soy ese tipo de la banda esa. Ahora estoy en una posición difícil en cuanto a eso. A la gente le cuesta trabajo que de pronto empieces a ser otra cosa si ya tienes un lugar en el imaginario colectivo” reveló al sitio Vice hace algunos años.

Ese análisis lo reafirmó en una entrevista a Metal Hammer en el año 2021. “Soy el Dr. Frankenstein y esa es mi criatura. Ser breakdance, grafitero, tatuador y que me gustara el rock y el hip hop era demasiado; fue un esfuerzo consciente crear a Fred Durst y finalmente tuve que sacar a ese tipo más de lo que quería. Cobró vida propia. Tuve que investigar a ese personaje: el gorila, la cosa, el chico de la gorra roja. Es una transformación dolorosa, pero lo hago porque eso es lo que me enseñaron a hacer cuando tienes gente tirando de ti”, explicó.

Esta defensa que hace Fed Durst, si se quiere explicar de ese modo, lo que busca no es más que demostrar de detrás de ese personaje de gorra roja y parka hay un ser humano que siente como siente usted lector, yo escribano o la señora abandonada en el asilo de ancianos de su barrio. “Soy una persona simple. Sólo soy yo mismo. No soy más especial que nadie. Sólo tengo muchas historias que contar. Me siento liberado cuando les doy aire y las regalo para que la gente reaccione ante ellas. Parece que todo lo que hago me alcanza más tarde. Y me doy cuenta, mucho después, cuando nos reencontramos, por qué carajo lo hice. Todo está alineado y no lo pinches. No puedes pensar mucho al respecto, si lo haces, la cagas. Terminas no haciendo nada. Carajo, no sé”, afirmó a Vice.

Por lo visto, Fred Durst ha luchado contra ese estigma y, aunque el tema no lo desvela, sabe las consecuencias que ha tenido que pagar por haber estado en la cima, el haber sufrido la envidia y también el abuso cuando era niño, entre otras experiencias que ha relatado en algunas entrevistas. Por lo tanto, Fred Durst tratando de ser solo Fred Durst -la persona y no el personaje- parece ser el camino más apropiado para un artista que ya superó los 50 años y que pretende que el ser humano domine a “la criatura de gorra roja” que él mismo creó. Parece fácil: la persona sobre el personaje y no al revés.

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