Escrito por: Equipo SO

• Ives Gullé
• “Kawesqar” (2021)
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En Kawesqar, Ives Gullé nuevamente da muestras serias de que su trabajo va más allá del metal. Si con “Húsar” e “Invasión”, discos de 2011 y 2017 respectivamente, Gullé desarrolló un estilo “conceptual histórico”, Kawesqar sigue la misma dirección, esta vez ahondando en las tradiciones del pueblo de la Patagonia austral.

El resultado está a la altura. En esta oportunidad, la combinación entre metal y folklore resulta satisfactoria rescatando tradiciones costumbristas chilenas, incluso utilizando palabras en la lengua kawésqar si es que es necesario. La introducción de “El Pez tabú” es un buen ejemplo. Este álbum deja al descubierto un trabajo de investigación y documentación que le entrega sólidos cimientos desde lo conceptual a lo musical. Y esa es la clave del álbum.

En todas las canciones del disco hay elementos que aportan a generar un ambiente que trasciende a la música misma. Son detalles, sonidos que emulan a la naturaleza, guitarras, introducciones; que en conjunto conforman una propuesta completa y bien lograda.

Y en ese escenario, la banda no se queda atrás. La voz de Gullé suena nítida y a ratos emotiva. La batería de Felipe Cherubini es un aporte, mientras que la labor de Nicolás Arce en guitarras y bajo también es potente.

Pese a que recurrir a un sinfín de recursos para generar un ambiente sonoro puede conducir a una sobrecarga o exceso de los mismos, en este disco eso no ocurre. Y no ocurre porque se nota el trabajo de investigación realizado por Gullé y su equipo. Por lo tanto, los elementos utilizados son los precisos en determinados momentos de cada canción sin caer en el síndrome del árbol de Navidad.

Las letras son otro punto fuerte y que también son el resultado del trabajo de investigación. Y no es por majadería el destacar la investigación. Gracias a ella el disco es así, en su dimensión total, desde la portada hasta el último golpe de la batería. Al mismo tiempo, el disco es un viaje entre pasajes de metal refinado (“Cuento del Ratón”) y calmas melodías. Mención aparte merece la canción que cierra el disco “Cisne de Cuello Negro”. Introducción tranquila que deriva en una mezcla de todos los elementos expuesto en las canciones anteriores. Es el cierre a l nivel de un disco completo.

El trabajo serio y bien documentado trae su recompensa y Kawesqar es la recompensa para Ives Gullé.