Ruca Records abriéndose paso
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Ruca Records abriéndose paso

Ruca Records abriéndose paso

domingo 19 de noviembre, 2017

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Escrito por: Álvaro Molina

Estudios de grabación. Nadie tiene la forma ideal de cómo crearlos, nadie sabe muy bien qué hacer una vez que lo tienes armado. Nadie encuentra fácil superar las dificultades y obstáculos que se presentan en el camino, pocos saben muy bien de qué se tratan. Es, a fin de cuentas, el espacio más importante de la industria musical, pero al mismo tiempo es un espacio tremendamente difícil de conquistar y entender. Para que un estudio musical salga a flote y logre abrirse paso en el caos, se necesita una visión clara. Más importante aún, una solidez en la comodidad, acogida y vocación por lo que se hace.

La historia interesante de estos espacios está en los inicios. En cómo armarse. De dónde viene la idea, cuál es la expectativa y por qué lo hiciste. El puntapié inicial para la larga carretera que se te viene encima es fuerte y te va a joder una y otra vez, pero al mismo tiempo, eso es lo lindo de este arte. Los cabros de Ruca Records nacen de la iniciativa que Benjamín Valdivieso tuvo para crear su propio espacio y escenario en el que pudiera atreverse a depender de sí mismo y poder soltarse creativamente.

Siendo alguien incrustado en el mundo de la música desde hace un tiempo, Benjamín cuenta que “he grabado en muchos estudios y siempre siento que es un poco incómodo, como que cuesta soltarse porque son lugares ajenos”. Este conocimiento de los estudios en parte es porque Benjamín tuvo un par de bandas de corta vida (Doberdogs en un inicio y, posteriormente, UnoDos) que alcanzaron a grabar algún material. En ese entonces, la onda estaba puesta en el garage, el punk y el surf rock, pero lamentablemente, ambas bandas de calidad tuvieron una efímera existencia. Quizás esto último se debe a que Valdivieso confiesa que al momento de grabar en otros estudios “no sabía comunicarme sónicamente con la gente detrás de las perillas”.

Algo que se repite en la historia de la industria musical a nivel mundial. Las desconexiones entre artista y productor o encargado de grabación han provocado desastres de discos. Al tiro se nos viene a la mente Libertad, el decepcionante segundo disco de Velvet Revolver, que supuestamente iba a contar con el legendario Rick Rubin manejando las perillas. Los comandados por Scott Weiland no aguantaron la despersonalización al momento de grabar con esta especie de “gurú” de la producción y terminaron por despedirlo, creando finalmente un disco que sónicamente era inconexo y derechamente malo. En la otra vereda, se encuentra Talking Heads, quienes con su primer disco también se dieron cuenta de que no sonaban como querían. Las grabaciones fueron pobres y el productor con quien trabajaron, Tony Bongiovi, básicamente no captó de qué se iba a tratar el disco. Y así nació ‘Talking Heads:77’, un disco que no es malo, pero cuando se pone en perspectiva con los otros trabajos que han hecho los liderados por David Byrne, es más bien pobre. Pero ya basta de hablar sobre anécdotas lejanas.

Cuando Benjamín Valdivieso descubrió que la incomodidad de grabar en espacios ajenos y la incomunicación con los productores eran los dos factores que limitaban su proceso musical, decidió tirarse a la piscina de manera independiente. “Estos dos factores me hicieron querer aprender sobre producción e ingeniería musical para poder depender más de mí a la hora de grabar”. ¿Discurso individualista? ¿Brian Wilson 2.0? En una de esas, pero la idea aquí no es hablar sobre eso. Igual hay que tener huevos y motivación para lograr algo a partir de esa visión. La inseguridad de partir solo un proyecto de este tipo es una dificultad enorme en sí misma. Pero como el ser humano está diseñado y formateado para vivir en comunidad, Valdivieso reconoce haberse dado cuenta de que “alrededor mío había mucha gente talentosa, eso me hizo querer hacer un estudio con la esperanza de abrir un sello después”.

Ahora bien, rodearse de gente talentosa conlleva ciertos precios. Como por ejemplo, los debates a la hora de grabar o bien que se comparta la perspectiva en cuestión. Lo bueno en este caso es que el proyecto de Ruca Records tiene una base y una línea más que interesante para indagar: la filosofía es sentirse como en casa. “Pensé que la gente que tenía cerca también iba apreciar la idea de que el estudio fuese como una casa donde se graba, más que nada algo bien acogedor”. Básicamente es algo agradable, que con el tiempo construye cierta mística. En su libro ‘Cómo funciona la música’, David Byrne apunta que uno de los grandes cambios que sufrió el proceso de grabación musical se dio a finales de los noventa. En sus propias palabras, Byrne reconoce que “apareció nueva tecnología de audio que permitía a los músicos hacer grabaciones de calibre profesional en su estudio casero”. Esta flexibilización en el proceso de grabar música de alguna manera democratizó el acceso a la grabación, dando como resultado que el estudio llegara a la casa.

En esa misma línea, Ruca Records prácticamente nació luego de que Valdivieso se asociara con miembros de las bandas Sustancia y La Rabla, además de haberse mudado de varios locales que había arrendado preliminarmente en el barrio Yungay y el barrio Matta. Actualmente, este joven estudio se ubica en Bellavista y ha comenzado a funcionar con fuerza en este último tiempo. Por sus lares, han pasado bandas de variados estilos como el ska, pop e incluso música clásica y bandas sonoras para películas que se han abierto paso independientemente. Todo esto encerrado en ese ambiente casual y relajado, donde la confianza y la buena onda, la comunicación y la colaboración son estandartes de trabajo.

Como en todo emprendimiento, las dificultades no se demoran mucho en aparecer. Dedicarse al arte y a los placeres estéticos es un área que jamás ha estado y jamás estará exenta de obstáculos. Y aquí es donde también radica la influencia del contexto. En este sentido, Benjamín reconoce que en Chile hay muy poca industria en este aspecto y un muy bajo fomento a la cultura. Además de esta perspectiva, hay un momento de reflexión, en donde él mismo plantea que “se habla de educación, pero la educación está más que en las escuelas u otras instituciones… está en nuestro entorno, en nuestra gente y en el día a día”. Al mismo tiempo, una forma de superar esta tribulación está en “invertir como país en las cosas estéticas que nos rodean y esto es un deber tanto del gobierno como de las personas que habitan este pedazo de tierra”. En mi opinión, ésta se ha convertido en una frontera que hemos ido conquistando poco a poco, no tanto como sociedad, sino como cultura que intenta buscar la expresividad como si fuera el último resguardo ante la mierda política y social que acontece cada vez más. Es el espacio de anarquía constructiva. Una independencia respecto a las trabas y desilusiones del mundo.

Pero igual no todo es tan gris. Los beneficios y los frutos del trabajo no se demoran mucho en aparecer. Volviendo a la línea principal de Ruca Records, en donde la idea es ser un espacio casual y de acogida, Benjamín cuenta que “el mayor beneficio es contar con un lugar en donde explotar la música y el arte como sea. Poder estar 100% en esto y a través del proyecto llegar a gente con la cual crear.” ¿Y cómo se llega a esto? “Es a través del ímpetu creativo que nos hemos juntado con la otra gente que ahora trabaja en conjunto conmigo, compartimos la misma visión y venimos de un lugar parecido, de una decisión personal de hacer música buena, aportar y ojalá engrandecer a la escena nacional e internacional”.

Abrirse paso desde esta ruca es un largo proceso que recién comienza. Las dificultades y los beneficios no tardan en aparecer. Los amigos se quedan y la casa está abierta para recibir ímpetu creativo, donde la idea es darle forma a algo de manera personal y musicalmente retributiva. ¿Cuál es el futuro más cercano de esta ruca? Hasta ahora han lanzado tres discos nuevecitos: el LP homónimo de la banda Sustancia, el EP ‘Dos Roquitas’ de Benjamín Ve y Proyecto Porta. Pero la ambición y las ganas no se quedan ahí; Valdivieso adelanta que en carpeta hay varias cosas que ya están casi listas. Cosas interesantes, entre ellas un LP de él mismo, un par de temas grabados por Agustín Silva, singles de la banda La Rabla, un disco de Robin Blue y, además, variados proyectos que están en proceso de pre-producción. Es decir, la cosa se viene en Ruca Records y ahora es cosa de tiempo y vocación lograr salir adelante. Amén.

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