Alice Cooper: El dueño del boliche
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Alice Cooper: El dueño del boliche

Alice Cooper: El dueño del boliche

lunes 28 de noviembre, 2022

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Escrito por: Equipo SO

Alice Cooper tiene historias por miles. Pasó por el infierno y hoy vive de forma saludable. Se mantiene activo jugando golf, lanzando discos y haciendo giras, todo a pesar de que tiene más de 70 años y, con la vida que ha vivido, bien podría no estar entre nosotros. Pero lo está.

“Poison”, quizás el último mega éxito de la vasta carrera de Alice Cooper, su canción más reproducida en Spotify –313.711.291 de reproducciones, al 9 de noviembre de 2022-, ese hit incluido en su disco “Trash” de 1989 que combina horror, cebolla y rock n roll (y miles de otros detalles fugaces) de manera magistral, refleja con nitidez los pilares del fenómeno que generó Alice Cooper, fenómeno que aún lo mantiene girando a sus 74 años.

“Mi trabajo es entretener a la audiencia. Si es una balada, quiero romperles el corazón. Si es una canción de miedo, quiero asustarlos muchísimo. Si es divertido, quiero que se rían como locos. Me gusta mantener a la audiencia un poco fuera de balance”, explicó Cooper al sitio Business Jet Traveler en marzo de 2022.

“Más claro echarle agua”, reza el dicho. La receta ha resultado ser infalible para Alice Cooper y sus casi 60 años de cuerda son un fiel reflejo de ese trajín. Un personaje que tiene historias para regalar, que es y ha sido influencia para muchos, muchos artistas (King Diamond, por ejemplo), su figura ha alimentado miles de mitos y se ha codeado con estrellas e hijos de vecino con la misma naturalidad. Alice Cooper es un personaje dentro de un reino de personajes, es el dueño del boliche.

Bienvenido al show

Vincent Damon Furnier nació un 4 de febrero de 1948 en Detroit, Michigan. Por esas jugarretas del destino, Vincent nació en una de las ciudades más crueles de Estados Unidos, desde el punto de vista de la violencia y la delincuencia. Cuna de otros artistas de renombre, como Iggy Pop, Jack White o Ted Nugent, la ciudad ha cargado con ese estigma. “Detroit es el epicentro del hard rock violento” dijo alguna vez Alice Cooper.

En ese contexto, Cooper creció en una familia profundamente religiosa, con un abuelo y padre predicadores en la Iglesia de Jesucristo. En consecuencia, Vincent era un asiduo asistente a la iglesia. Sin embargo, debido a sus problemas de salud, la familia tomó una decisión radical: cambiar el frío Detroit por el desértico Phoenix, en el estado de Arizona. Sin ir muy lejos, Cooper aún reside en Phoenix. “He tenido una casa en Phoenix casi toda mi vida, así que nunca pensé en irme, pero si TUVIERA que irme, creo que sería allí (a Maui). Aunque no estoy seguro de que puedas hacer que me vaya de Phoenix dada la cantidad de campos de golf que tenemos aquí”, confidenció a SPIN en febrero de 2021.

Pero volvamos atrás y dejemos a Phoenix en paz. Tras graduarse de bellas artes, Vincent formó su primera banda, llamada The Earwigs y con la que esencialmente hacía versiones de canciones de The Beatles (¡pero sin interpretar realmente los instrumentos!), aunque sí con algunos cambios irónicos y divertidos a sus letras, movida que tuvo una buena acogida en la audiencia. De los integrantes de esa primera banda, solo el guitarrista Glen Buxton sabía tocar. El relativo éxito obtenido fue el empujón necesario para que decidieran: aprendieron a tocar y se relanzaron como una banda real, algo serio de frentón. Desde ese momento fueron The Spiders, para luego mutar a Nazz. En ese momento, y tras algunos cambios en la formación, el grupo se mudó a Los Angeles.

El nombre Alice Cooper se les ocurrió para darle un golpe de timón al grupo y, por medio del cambio de nombre y otros ajustes estéticos, alcanzar un mayor nivel de exposición y atención y así, lograr el éxito que tanto perseguían. “Quería que los Rolling Stones parecieran niños de coro en comparación con lo que íbamos a hacer. El rock necesitaba un villano. Había todos esos Peter Pan y ningún Capitán Garfio. Con mucho gusto sería el Capitán Garfio siempre que tuviera sentido del humor y la música fuera genial”, confesó Cooper a Business Jet Traveler.

El cambio de nombre no solo dio resultados, sino que, tal como les ha ocurrido a otros artistas, llevó a Furnier a adoptar para siempre al personaje de Alice Cooper. “Yo era el cantante principal de Alice Cooper y todos decían: «Esa debe ser Alice». Era más fácil ponerle ese nombre a una persona que a toda la banda. Así que dije: «Está bien, seré Alice». Necesité sobriedad antes de entender cómo separarme de Alice y dejar a Alice en el escenario” (Business Jet Traveler, 2022). El aprender a separar su vida de las del personaje fue un punto clave en su carrera. Cooper ha sabido manejar y entender lo que su alter ego necesita, haría, pensaría, diría. Es mucho más que un mero maquillaje para subir al escenario. “(…) debido a que Alice es un personaje, tiene parámetros, por así decirlo. Bob Ezrin (su histórico productor) es realmente la única otra persona que sabe quién es Alice. Él sabe lo que Alice diría y no diría. Cuando escribimos letras para Alice, uno de nosotros dirá una línea y el otro dirá: «No, no, Alice nunca diría eso». Es como escribir un guion para Freddy Krueger: Alice es predecible y la ira que tiene es suya, así que no tengo que tener eso yo mismo. Sin embargo, creo que la ira tiene mucho que ver con el rock ‘n’ roll. Tiene que estar enojado. Si pierdes eso, lo has diluido”, reveló a SPIN.

A principios de los setenta, Alice Cooper llegó a ser una de las bandas más famosas del mundo, viajando en su propio avión, realizando extenuantes giras y editando discos de gran calidad (los primeros producidos por un tal Frank Zappa), por lo menos durante la primera mitad de esa década. Pero, como todo, estas exigencias pasaron la cuenta y el precio que pagaron fue la separación. Antes de llegar a ese extremo irreconciliable, lanzaron discos como “Love It to Death”, “Killer” – ambos de 1971- “School’s Out” (1972) o “Billion Dollar Babies” de 1973, álbum que se convirtió en el mayor hito de la banda hasta ese momento.

Después de la disolución, Cooper, que a estas alturas de la historia había adoptado el nombre Alice Cooper como propio por, entre otras razones, temas legales, se embarcó en una carrera solista, que ha tenido triunfos y derrotas. “Welcome to My Nightmare” (1975) fue el primer trabajo de esta remozada etapa y las críticas le fueron favorables, tanto que decidió seguir con su carrera en solitario. La segunda mitad de los setenta y comienzos de los ochenta fueron años prolíficos, aunque Cooper ha reconocido que no recuerda haber grabado los discos ochenteros debido a sus adicciones. A pesar de la amnesia psicotrópica que tuvo, canciones como » Clones (We’re All)» fueron un éxito comercial. En 1983 tocó fondo con los excesos teniendo que ser internado por cirrosis y complicaciones serias con el alcohol, fantasma que lo había asediado desde mucho antes. Este hecho fue tan grave que Cooper decidió ponerle punto final y no tomar nunca más una gota de alcohol, decisión que mantiene a pie firme hasta hoy.

Con respecto a este punto, Cooper ha entregado algunas pistas de qué habría que hacer para no sucumbir. “Para mí, el rock ‘n’ roll era una montaña rusa. Tenías un disco exitoso, y luego este [siguiente] disco no funcionó tan bien. Y luego tuviste un récord de éxito. Será mejor que puedas subirte a la montaña rusa y comprender que no siempre vas a tener récords de éxito. En esa generación, el credo era «vive rápido, muere joven y ten un cadáver hermoso«. Nadie quería vivir más allá de los 30”, afirmó a Business Jet Traveler, haciendo referencia a los músicos que han muerto antes de los 30, como Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y más recientemente Kurt Cobain y Amy Winehouse. “El hecho de que Jim (Morrison) viviera hasta los 27 años fue un milagro. Puedo ver cómo su corazón se rindió. Entraba en una habitación, había un tazón lleno de píldoras (estimulantes, tranquilizantes, ácido, lo que sea) y las engullía de la misma forma en que tú y yo comíamos M&M’s. Luego los bajaba con whisky. Nunca lo atrapé sobrio. Pero yo tampoco, así que estábamos bien juntos”, dijo a Classic Rock en agosto de 2022.

Entre la filantropía, el golf y rock

El giro en su vida de lo destructivo a lo saludable lo mantiene en forma y, además, le permitió desarrollar su veta filantrópica. En 1995 fundó Solid Rock Foundation, institución que trabaja con jóvenes que luchan contra las drogas. Todo se originó de manera casual. “Vi un trato de drogas muy incómodo entre dos niños de 16 años y pensé: ¿Cómo es que ese niño no sabe que podría ser el mejor guitarrista de la ciudad? Porque nunca cogió una guitarra. El otro niño podría ser el mejor baterista. Solid Rock ofrece a estos niños un lugar para cambiar su vida. Una de nuestras primeras historias de éxito fue la de Jordin Sparks, quien ganó American Idol. Comenzó con nosotros cuando tenía 14 años. Simplemente les muestra a los otros niños que puedes comenzar desde cero y convertirte en algo realmente importante”, relató Cooper a Business Jet Traveler.

Esa faceta filantrópica la combina con una vida saludable, en la sale a trotar y juega golf, a niveles adictivos (en el buen sentido). El golf lo comenzó a practicar para arrancar del alcohol y ahora es una de sus grandes pasiones. “Tenía que encontrar una adicción que no me matara. Pensé, ¿Qué tan difícil puede ser el golf? Le pregunté a un profesor profesional: «¿Qué debo hacer?» Y él dijo: «Solo retíralo y golpéalo». Tenía un swing natural y lo golpeé justo en el centro. Fue una gran sensación ver esa pelota desaparecer y luego aterrizar en la calle. Me volví adicto de inmediato. Me tomé un año sabático y jugué 36 hoyos al día, todos los días” (Business Jet Traveler, 2022). En otra entrevista con SPIN complementó. “No necesariamente tengo una rutina estricta de ejercicios, pero básicamente, empiezo con el golf, hacemos nuestras actividades habituales del día a día y por las noches, cuando refresca aquí en Phoenix, salgo a correr. Por lo general, trato de correr dos millas por día” (SPIN, 2021).

Volviendo a su carrera musical, Cooper se ha mantenido vigente lanzado discos de variado tipo, que abarcan sonidos para todos los gustos. Su último fusil, llamado “Detroit Stories”, tuvo una buena acogida y las canciones suenan frescas y fuertes, características más que destacables considerando que Cooper ya superó los 70 años de edad. Es que el dueño del boliche es así, un personaje entre personajes.

 

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