Dave Mustaine se niega a morir
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Dave Mustaine se niega a morir

Dave Mustaine se niega a morir

lunes 26 de diciembre, 2022

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Escrito por: Equipo SO

Por Matías Pinto

El alma de Megadeth hace rato dejó atrás los excesos. Ahora, tras superar difíciles escollos, como un cáncer a la garganta lo afectó hace dos años, goza de una etapa más afable en su vida. El pelirrojo guitarrista está de nuevo en el ruedo, ese ruedo que, para él, pareciera no tener fin.

“Bueno, estoy un poco influenciado por The Beatles. Lo mismo con una banda llamada Crowded House. ¿Tienen esa canción «Don’t Dream It’s Over»? Puedo estar en cualquier lugar y estar totalmente triste y escuchar esa canción, y mi estado de ánimo mejorará. No sé por qué, pero esa canción me anima, y no hay muchas canciones que hagan eso. Conozco a Neil y conozco a Tim y les dije que realmente me gustaba su música y se sorprendieron bastante. Me gusta Crowded House y de hecho nos hicimos amigos”, relató hace años Dave Mustaine en alguna entrevista. Una revelación que demostraba que uno de los guitarristas de metal más aclamados de las últimas décadas tenía su faceta más tranquila, más reposada, más afable. Y actualmente, esa cara se nota con más fuerza. El alma de Megadeth ya dejó atrás el periodo de la distorsión, los excesos y la ira como el móvil que guiaba su trabajo. Ese personaje ya duerme para siempre y el buen Dave está en otra etapa de su vida.

Claro. Y que vida la de David Scott. Hace apenas dos años derrotó un cáncer a la garganta y volvió a las pistas. El covid-19 encerró su cuerpo, pero no su mente ni menos su creatividad y escritura de nuevas canciones.

La religión, la ira…y el thrash!

David Scott Mustaine nació el 13 de septiembre de 1961 en la La Mesa, California, estado que se convertiría en la cuna del estilo thrash metal, ese estilo que Dave ha abrazado toda su carrera y del cual ya se convirtió en una leyenda viviente. Al igual que James Hetfield, su otrora colega de banda, Mustaine es un sobreviviente con algunos tintes más épicos.

Vivió en el seno de una familia miembro de los Testigos de Jehová, uno de los rasgos que marcó la infancia de Mustaine. Pero no lo marcó tanto como el alcoholismo de su padre, enfermedad que sí influyó más en su vida ya que Mustaine también sucumbió ante el alcohol y los excesos. “Fue terrible. Mi papá bebía mucho y era abusivo, así que mis padres se divorciaron cuando yo era joven y empeoró a partir de ahí. Nos mudamos a Costa Mesa para vivir con mi tía, que era testigo de Jehová, y ahí fue cuando mi madre también se convirtió en testigo. No creen en la Navidad, los cumpleaños o las vacaciones. Mi vida se arruinó desde ese momento en adelante hasta que me mudé”, reconoció a Kerrang! en 2018.

Dave Mustaine tuvo momentos en que tocó fondo con el consumo de alcohol, ingresó más de 10 veces a centros de rehabilitación, pero en la actualidad lleva más de 20 años de sobriedad. No es una tolerancia cero con el alcohol, pero sí muy medido en su consumo. “Siempre tuve curiosidad por beber, y trató de atraerme a ese abismo. Hay muchas otras personas de ese período que no sobrevivieron, pero todavía estoy aquí para contarlo. Me considero realmente feliz. Tengo una empresa de vinos y bebo el vino para probarlo cuando hacemos nuevas mezclas. ¡Y cuando mi hijo Justis se casó, hacía mucho calor y no iba a quedarme sentado al sol bebiendo agua, hombre!”, reveló a Classic Rock en septiembre de 2022.

Desde muy joven, Mustaine se interesó por grupos de metal de la oleada británica (Judas Priest, Iron Maiden, Motörhead o Budgie, este último clave porque fue uno de los conectores entre Dave Mustaine y Lars Ulrich cuando el baterista danés buscaba un guitarrista para lo que sería Metallica). La primera banda del pelirrojo guitarrista se llamó Panic y, de verdad, no pudo ser peor la experiencia. El grupo tuvo una ínfima vida: después del segundo show, murieron en un accidente de tránsito su baterista (Mike Leftwych) y un técnico de sonido. Adiós Panic, futuro incierto para el imberbe guitarrista.

Es aquí cuando los caminos de Mustaine y los miembros de lo que pronto sería Metallica se cruzaron. Es cierto: Dave Mustaine es la cara más visible de Megadeth, ha girado por todo el mundo, ha editado 16 discos, ha lanzado álbumes que se convirtieron en clásicos, pero, haga lo que haga, hasta hoy siempre aparece el tema Metallica arriba de la mesa. Mustaine no lo elude y en esta etapa de su vida, lo aborda con total naturalidad. “No (me cuesta hablar de Metallica). Realmente me importa un carajo. ¿Y sabes qué? Amo a esos chicos. Le envié un mensaje de texto a James hace solo un par de días después de que dijo que estaba inseguro sobre su forma de tocar. Le dije: «James, te amo y me gusta mucho tu forma de tocar». Él no respondió. Por supuesto que no. ¿Por qué lo haría? El punto es que quería que supiera que yo también he tenido esos sentimientos, pero ahora no”, afirmó a Classic Rock, a propósito del lanzamiento del último disco de Megadeth “The Sick, The Dying… And The Dead!”.

A Mustaine no le costó quedarse con el puesto de guitarrista principal de Metallica. Sin embargo, los problemas con Hetfield y Ulrich comenzaron rápidamente a erosionar las relaciones internas. Los excesos de Mustaine siempre fueron la razón más repetida del malestar, siendo él el que llevaba todo un paso más allá en una banda en que todos sus integrantes lidiaban con los excesos. “Claramente soy el macho alfa entre los tres (aludiendo a Ulrich y Hetfield). ¿Por qué tenía que hacer todo cuando estaba en la banda? ¿Por qué siempre me pedían hablar con los promotores y cobrar el dinero? ¿Por qué era yo el que tenía que pelear? ¿Por qué tenía que hablar entre canciones?”, aclaró Mustaine a Classic Rock. Mientras estuvo en Metallica, Mustaine no alcanzó a editar ningún álbum, pero si apareció en los créditos de las canciones que coescribió, tanto en “Kill ‘Em All” de 1983 ( “The Four Horsemen”, “Jump in the Fire”, Phantom Lord” y “Metal Militia”) como en “Ride the Lightning” de 1984 (“Ride the Lightning” y “The Call of Ktulu”).

En 1983, la relación de Mustaine y Metallica se acabó cuando fue expulsado, cual perro vagabundo, de la agrupación. Sus excesos fueron la gota que rebalsó el vaso (irónico, ¿no?). Fue subido a un bus que viajó desde Nueva York hasta Los Angeles, literalmente de un extremo a otro de Estados Unidos. Ese viaje, revelador, fue el punto de inflexión, el tránsito de Mustaine para encontrar su propio camino. Sus ganas de triunfar y de ser el líder de la banda de metal más grande del planeta combinado con el odio hacia sus ex camaradas propició el nacimiento de Megadeth. “La música estaba impulsada mucho por la venganza y la animosidad hacia mi banda anterior. Supongo que ahora somos un poco amigos, pero en ese momento estaba enojado. Eventualmente llegué al punto en que ya no me importaba, porque lo que estaba haciendo se sentía más importante que lo que ellos estaban haciendo. Mirando hacia atrás ahora, estoy contento con cómo han ido las cosas y no cambiaría nada. Pasaría por cada obstáculo (de nuevo), porque amo quien soy ahora”, afirmó a Kerrang! en 2018.

La expulsión de Metallica sumergió a Mustaine en el mundo de las drogas, en especial de la heroína. “No lo vi como veneno. Era más como un amortiguador cuando te quitan el trabajo de tu vida, con un grupo de hombres que pasan cada momento de sus vidas tratando de desacreditarte, diciendo que no eres un buen guitarrista cuando eres uno de ellos. lo mejor. Eso te jode la cabeza. Beber y drogarse no fue una gran solución, pero ayudó un poco” (Kerrang!, 2018).

Pese a todo, la carrera de Megadeth comenzó a dar frutos casi de inmediato. Mustaine ha firmado discos que ya se encuentran el olimpo del thrash metal y ha posicionado hits que están entre lo más destacado del cancionero del estilo. “Killing Is My Business… and Business Is Good!” en 1985 fue el puntapié inicial que catapultó la idea de Mustaine a alturas insospechadas. No por nada, Megadeth está entre los “4 grandes le thrash” junto a Metallica, Slayer y Anthrax (y al que debería unirse Kreator u algún otro). Así, siguieron álbumes de la talla de “Peace Sells… but Who’s Buying?” (1986), “So Far, So Good… So What!” (1988) y “Rust in Peace” (1990), uno de los discos más alabados dentro del género. Si a eso le sumamos una gran cantidad de presentaciones y giras, Megadeth estaba en un gran momento a fines de los ochenta y comienzos de la década de los noventa. Esa tendencia se ratificó con el lanzamiento de “Countdown to Extinction” en 1992, el trabajo más exitoso del grupo hasta la fecha. Dos años después lanzaron “Youthanasia”, que consolidó la estatura de Megadeth, seguido de “Cryptic Writings” (1997) que rememoró algunos pasajes de aquel Megadeth de los primeros años y, como se pude observar, la capacidad creativa de Mustaine estaba en pleno apogeo.

No obstante, en el año 2002, Mustaine fue diagnosticado con neuropatía radial, lesión que le impedía tocar guitarra. El diagnóstico, catastrófico para cualquier mortal, llevó a Mustaine a disolver Megadeth. “Eso fue devastador. Cuando el médico me dijo eso, fue un diagnóstico erróneo y me negué a aceptarlo. Que fuera médico no significaba que tuviera razón. Creo en un mundo espiritual tanto como cuando me involucré con las cosas oscuras, como la magia negra. Si hay un lado oscuro, debe haber un lado luminoso” (Kerrang!, 2018). Pese a las malas noticias, Mustaine sobrevivió, se rehabilitó y “aprendió a tocar de nuevo”, al punto que la década fue prolífica en lanzamientos ya que Megadeth volvió al ruedo y editó discos, aunque ninguno alcanzó o siquiera rozó el éxito de sus antecesores, aunque cada uno dejó pinceladas y ráfagas del arsenal que ha caracterizado al sonido de la banda.

Durante ese tiempo, Megadeth vivió muchos cambios de integrantes, idas y venidas, regresos y estadías fugaces, etcétera, pero siempre bajo la tutela de Mustaine. Un Mustaine que fue dejando atrás sus excesos y sus desmadres. “La mayoría de las veces puedes cambiar algunos de los integrantes de la banda, pero no puedes cambiar la voz. Mira a Van Halen. Amo a Sammy Hagar, pero para mí, que esté en Van Halen tiene tanto sentido como que Axl Rose esté en AC/DC. No es como estoy acostumbrado a escuchar esto. Es una cosa rara, cambiar la voz. Es como si tomas un trago de agua y es alcohol, no lo que esperabas. Entonces, con Megadeth, soy la voz, soy el compositor principal, pero ciertamente no soy ‘la banda’”, afirmó a Classic Rock.

“Nos quedan mucho más discos y giras”

Hoy,  Dave Mustaine muestra su lado más afable. Las ansias de convertir a Megadeth en la banda más grande del mundo siguen intactas y tiene cuerda para rato. “Todavía me quedan un par de goles. Me gustaría estar en el Salón de la Fama del Rock & Roll en algún momento. Sé que ya estoy ahí con Metallica, me hayan invitado o no; siento que todos saben que fue un movimiento tonto y que debería haber estado allí. Pero está bien, llegaré allí. Nos quedan muchos más discos y giras. ¡Siento que mi banda realmente está comenzando!”, dijo a Kerrang! en 2018.

Es 2022, bastante agua ha pasado bajo el puente del mundo y de Mustaine, y en septiembre pasado lanzó un nuevo disco. ¿Qué tal? Frente a la recepción que tuvo este nuevo álbum, en especial del single «We’ll Be Back», Mustaine ha entregado su visión. “Hay todo tipo de cosas que te hacen sentir bien. Al final del día, cuando estás tocando canciones, una de las cosas que es gratificante es que la gente incluso se detiene para prestar atención. Cuando piensas en todo el proceso de hacer música, estás tomando a una persona que está recogiendo un objeto y haciendo que salgan sonidos; estás haciendo un sonido que es lo suficientemente convincente como para que alguien se detenga y escuche. Si tienes suerte, es lo suficientemente atractivo para ellos como para querer escucharlo y no solo escucharlo. Es un gran problema cuando la gente empieza a escuchar lo que dices y cómo tocas. Puedo recordar la primera vez que escribí un riff que sabía que iba a ser un gran riff: era el riff de «Jump in the Fire» (que luego aparecería en el álbum debut de Metallica) cuando estaba en una pequeña banda de adolescentes antes de unirme a Panic. Eso muestra la antigüedad de esa canción y yo sabía que ese riff iba a ser algo”, repasó en Loudwire en julio de 2022.

Parte fundamental de esa energía, fue haber dejado atrás los excesos. El cambio fue para bien y hoy Mustaine disfruta de esta etapa de su vida. “(…) ¿Pero los días de buscar prostitutas que me ayudaran a encontrar heroína en el distrito de Moulin Rouge? Esos días han terminado. Y, sinceramente, no sé por qué lo mencionaste. Es algo injusto. Quiero decir, joder, no es muy halagador”, le dijo a Classic Rock ante tanta insistencia por hurgar en su pasado y no enfocarse más en el presente.

“Estar casado, con éxito, durante más de treinta años y criar a dos grandes hijos. Creo que cualquier buen padre va a querer que su techo sea el suelo de sus hijos. Con mis hijos (Justis y Electra) he sido súper estricto y ha valido la pena. Ahora tenemos dos adultos muy bien adaptados. Y para mí, si llegas a esta edad, algo has hecho bien” le dijo a Classic Rock. Si uno lo piensa, qué más se necesita para ser feliz.

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