Escrito por: Equipo SO

• Seba Lay
• Volando por la vida
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La introducción al disco de Seba Lay demuestra, sólo con sonidos, lo complejo y delicado que es este trabajo. 43 segundos bastan para darse cuenta de la simpleza de un buen trabajo.

Dicen que en lo simple está la calidad y para completar un buen trabajo Seba Lay tomó ese paradigma. “Volando por la Vida” tiene una sencillez mágica, igualable con artistas como Caravana de Chile o Múm de Islandia. A veces las matracas y las murgas ayudan para animar situaciones puntales pero en estos tiempos, es valorable volver a lo artesanal.

“Sonrisa” es el primer sencillo del disco, un metalófono y tres notas de guitarra te introducen en un mundo de relajo absoluto, los efectos digitales que luego acompañan hacen que la canción se complemente perfectamente. Aristimuño se asombraría si escucha esto.

Con “En el fondo del Mar” la temática sigue igual, sólo basta una guitarra y un par de notas para demostrar el talento de la composición melódica y de las estrofas. Seba Lay sabe introducir en el silencio de la canción un coro vitalizador debido a su armonía total.

“Sin Apuro” es una canción que refleja que en Chile existe más de una definición de Folk, lo que hace Lay es parecido a lo que hace Fernando Milagros pero lo diferencia enormemente el efecto digital. Esta corriente musical, auque suene vieja, es pionera en la nueva música latinoamericana.

Lo que ocurre con “Cierto” es algo extraño, demuestra que la gente se aburrió de escuchar siempre lo mismo, ahora la música sin coros comerciales, con armonías simples y con instrumentos cotidianos se puede lograr algo mucho mejor que un ruido de bombos y platos. La gente se está aburriendo de escuchar a distintos artistas que hagan todos lo mismo. La originalidad pesa más que cualquier cosa.

“Nada” demuestra que es mejor salirse de los parámetros de “canciones tradicionales” para hacer métricas y estrofas totalmente ajenas a las composiciones comunes. Acá se valora lo que se recita más que la instrumentalización.

Dicen que de la imitación nacen nuevas cosas, no hay nada malo en copiarles a otras personas si en su composición se agregan tonalidades nuevas. Rodrigo Santis (ex Congelador) puede tener ritmos parecidos pero en “No tengo solución” todo es distinto, aunque para algunos sea igual.

La música soñadora y la voz pareja hacen de “Yo no sé” una composición perfecta para reflejar el significado de su letra. Tremenda canción (en su total)

“Será Verdad” sigue con lo mismo. Seba Lay es fiel a su originalidad y logra mantenerte inserto en lo que escribe y compone.

“¿Estás?” en su comienzo es como escuchar una instrumental de rock pero hecha de sonidos que te relajan y como dice el título del álbum, te hace volar por la vida.

“Vuelve”, te hace pensar que se buscó lo genuino del folk, se mezcla el pop pero dentro de todo es un sonido nuevo, lleno de energía.

“Es un buen día” es una canción muy chilena, en el sentido de la letra, pero en lo rítmico demuestra un concepto muy globalizado… un ritmo muy innovador del pueblo latinoamericano.

“Seguimos no amándonos” fiel a su pensar, este disco es una simpleza mágica. Todo confabula para que el ritmo de las composiciones colabore en más del 50% de la canción para reflejar lo que pasa.

En “Y saber” la melodía habla por si sola, la instrumentalización toma el rol protagónico en la canción (al igual que en casi todo el disco) y la voz pasa a segundo plano. Es muy difícil lograr esto y Seba Lay supo hacerlo de forma perfecta.

“Siempre” no sé si Seba Lay habrá tomado como ejemplo musical el disco “Finally we are no one” de Múm pero suena tan bueno como esa producción. Es escuchar al grupo islandés cantando en español. Esta es una muy buena canción, muy completa.

“Y si supieras”: Seba Lay si cambiara el tono de su voz y le pusiera altos y bajos no lograría encantar los oídos de sus oyentes. Insisto, fue muy inteligente en mantener su originalidad vocal entrelazada con lo novedoso de su instrumentalización. “Y si supieras” es un reflejo de todo lo anterior.